Ocurrió en las últimas horas del sábado. La poderosa detonación levantó una columna de fuego de más de 20 metros y los vecinos denunciaron un contrabando a Paraguay.
En las últimas horas del sábado, se registró una fuerte explosión en la provincia de Formosa, que derivó en un gigantesco incendio en los alrededores, que se vieron afectados por las llamas. Se trataría del estallido de un depósito ilegal de combustible. Según describieron a TN los vecinos del lugar, se almacenaría nafta que luego se contrabandea a Paraguay.
La potente y peligrosa explosión levantó una columna de fuego de más de 20 metros y ocurrió en Clorinda, una localidad de cerca de 50.000 habitantes ubicada a 118 kilómetros de la capital formoseña y 15 kilómetros de la frontera con Paraguay a través del Río Pilcomayo.
«Existen muchos depósitos de combustible clandestinos alrededor de la ciudad y hay pasos fronterizos donde no está la Aduana, ni Migraciones, ni Gendarmería o Prefectura», aseguró Alejandra Olmedo en diálogo con TN.
La vecina se encontraba a menos de 60 metros de donde sucedió la detonación y explicó que esos depósitos se usan para traficar hacia el país vecino. «Parece que explotó una cisterna y un vehículo».
Y amplió: «En las estaciones de servicio se carga combustible, pero directamente este va a las fronteras, con tanques y bidones de más de 1.000 litros. Los almacenes de combustible están en la frontera en medio de la urbanización».
La mujer recordó que no es la primera vez que ocurre una explosión de estas características, pero que afortunadamente no hubo que lamentar víctimas fatales. «El año pasado murieron dos personas que custodiaban el combustible en un depósito».
Olmedo detalló a TN que «la nafta súper en Paraguay vale $525 el litro y acá se vende a $227, casi el doble de la diferencia. El Diesel cuesta $585, mientras que acá $360. Es más barato para los paraguayos comprar esto. Pero del otro lado está el mismo peligro», detalló.
Además, la vecina contó cómo es la situación que se vive en la ciudad y la presunta connivencia que existe entre el Estado y las autoridades, pese a que saben de la existencia de esta práctica.
«Es una ciudad rodeada por una barrera de contención de las épocas de las inundaciones, pero también hay casas que desembocan en las aguas del Río Pilcomayo. En algunos momentos que el rio está bajo, hay puentes de madera improvisados por donde transitan caminando las personas y mandan el combustible», denunció.
En esa línea, apuntó contra el intendente -que busca su cuarta reelección- y la gobernación de Gildo Insfrán, sobre quien la Corte Suprema se explayará en los próximos días para ver si se le permite presentarse para su octavo período consecutivo.
«Los tanques están a la vista. Es tanta la necesidad que los que no trabajan en el 70% del empleo público tienen que recurrir a estos medios», finalizó.