Ocurrió hoy cerca del poblado Barroterán (Municipio de Múzquiz, a 350 km de Saltillo, la capital de este estado norteño), en un pozo de carbón (o pocito carbonero) donde extraían gas metano y mismo que probablemente originó la tragedia. Tras el estallido del que aún se desconocen las causas, se sabe la muerte de trabajadores con edades de 20 a 39 años, de los cuales sólo se han rescatado dos al momento de escribir este artículo.
Las víctimas son Omar Efraín Ramírez Almanza, el más joven con sólo 20 años, y su hermano Daniel Iván, también Guillermo González Medina, César Jiménez Medina, Fidencio Sánchez Arellano, Héctor Alcalá Ramírez y su hermano Ervey. Fuentes como El Universal dieron a conocer el nombre de los siete muertos que dejó la explosión en mina de Coahuila.
Por su parte, la CNN publica datos que hablan de un historial de tragedias de este tipo en el estado, el cual produce la totalidad del carbón en México, y para cuya labor trabajan 50 mil hombres, incluyendo niños. En 2006 en Pasta de Conchos se registra uno de los estallidos más famosos, donde quedaron atrapados 65 mineros a cientos de metros bajo tierra, ese mismo año, sumando otros accidentes, fueron un total de 132 los trabajadores fallecidos por motivos similares.
Sorprende saber que esta reciente explosión en mina de Coahuila no es novedad, desgraciadamente. Son miles y miles de hombres y niños obligados a subsistir decentemente, aunque sea en condiciones infrahumanas, como para que el gobierno todavía no haga investigaciones y obligue a los dueños a condiciones de seguridad muy estrictas. Este es un típico ejemplo de cómo la gente pobre en México, es ignorada en sus condiciones básicas de trabajo, al punto que tienen que perder la vida para que alguien voltee a ver su peligrosa realidad.
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