El puente a Victoria, entre mitos y muertos

Obreros creen que los decesos se pudieron evitar.

El puente Rosario-Victoria, erigido como símbolo del boom rosarino, tiene su deuda interna en los tres trabajadores muertos durante su construcción. «Hubo tres casos: el de un boliviano al que le cayó encima una malla de contención; el del soldador Enrique Bauer, que se cayó al río sin casco ni chaleco salvavidas ni estar atado, y otro del entrerriano Spinetti, que murió aplastado por un tractor», confía un ex operario de la obra.

El caso paradigmático fue el de Spinetti, de 29 años, quien murió arrollado por un vehículo. «El capataz lo obligó a tirarse debajo del tractor, que estaba en pendiente. El no quería tirarse ahí, pero tuvo que hacerlo. Hasta que zafó la traba y el tractor lo aplastó», denunció un compañero de trabajo. «Al capataz lo querían matar», recordó con amargura.

El accidente de Bauer generó un paro de un día de los 130 trabajadores de la obra en reclamo por las medidas de seguridad y finalmente la Justicia condenó a Puentes del Litoral a indemnizar a su familia con más de 200 mil pesos.

Otro accidente, pero con suerte, ocurrió un día de lluvia torrencial, cuando el capataz obligó al chofer de un colectivo a salir con los operarios hacia la obra del puente. «Era una mañana que caía un diluvio, estaba todo embarrado y ninguno quería salir. Entonces el capataz le dijo al chofer: «Salís o te vas». Y tuvo que salir hasta que volcamos. Ese día hasta nos sacaron por radio», recuerda uno de los operarios.

Un mito urbano de la historia de la construcción del puente Rosario-Victoria da cuenta de un trabajador que habría muerto al caer en el hueco de uno de los pilotes cuando echaban el hormigón fresco, algo que una fuente consultada desmiente: «Eso es algo que se dice, pero que no es cierto. No hubo ningún trabajador de la obra del puente que haya muerto de esa manera. Sí hubo un caso de ese tipo en Yaciretá, donde cayó un compañero. Son máquinas que no se pueden parar inmediatamente y el trabajador se hundió por el peso del hormigón».

En la Argentina la ley considera trabajo de altura a cualquier actividad que sea hecha por encima de la estatura del trabajador. Sin embargo, la mayoría de las empresas constructoras, de los sindicatos y de los entes de control parece que no están a la altura de las circunstancias.

Fuente: Diario La Capital

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