Un reportaje de ‘El Periódico’ señala con pruebas la explotación de los obreros. El Barça solo tendría responsabilidad civil.
Un extenso reportaje de El Periódico, que lleva cinco meses de investigación sobre las obras del Camp Nou, ha concluido con varias certezas que conducen a la «explotación laboral» de los trabajadores que están llevando a cabo la remodelación del estadio, cuyos sueldos están por debajo del salario mínimo, no perciben las horas extras y se ven obligados a trabajar incluso los sábados con amenazas de despedido en caso de llegar tarde.
Eso le ha ocurrido a Mohamed (nombre ficticio), un vecino de Manresa que tiene que dormir los viernes en la calle junto al Camp Nou para poder llegar a tiempo al día siguiente (8:00), cuando los horarios de la RENFE le impiden realizar el trayecto desde su localidad. «Parezco un esclavo», reconoce al rotativo este mismo obrero. Una sensación generalizada entre los entrevistados.
El Barcelona abrió el proceso de adjudicación de la remodelación del Camp Nou en septiembre de 2022 y 130 días más tarde Limak, empresa turca y la que ofrecía unas condiciones más económicas, fue la escogida. Como es habitual en este tipo de megaconstrucciones, la empresa ha subcontratado los servicios de otras, la mayoría de ellas en Cataluña, donde proliferan los fraudes laborales. El Periódico señala que Inspección de Trabajo ya ha visito en tres ocasiones las obras y ha suscrito irregularidades.
56 horas semanales, 1.000 euros y sin horas extras
Los obreros apuntan que llegan a realizar hasta 56 horas semanales y que su salario bordea los 1.000 euros, sin haber cobrado horas extras ni los sábados. Todos los trabajadores que dan su versión anónima en el artículo son inmigrantes, y las subcontratas juegan con su precariedad de vida y sus temores a perder el empleo. «Prefiero estar trabajando aquí que en un bar 12 horas cada día y sacarme 600 euros», explica uno de ellos. «La vida es muy dura. He sufrido mucho. Solo soy un trabajador que estoy buscando un trozo de pan. No puedo ni hacer ni decir nada porque necesito el trabajo para vivir», comenta otro de los obreros. Ninguno de ellos quiere denunciar.
Según los distintos gabinetes jurídicos que ha contactado el medio, el Barcelona solo tendría responsabilidad civil en temas de seguridad en caso de accidentes. Los entrevistados señalan que se cumplen los requisitos de prevención, como el uso del casco, las gafas o el material necesario para realizar el trabajo con garantías. «El promotor de cualquier obra no tiene ninguna responsabilidad siempre que no sea su propia actividad», apunta un socio del bufet de abogados Pérez-Llorca. Todos los focos se centran ahora en Limak, quien reconoce que no tiene constancia de denuncias de este tipo por parte de los trabajadores.
Limak gana dinero si hay adelanto en las fases del proyecto
«El contratista es el responsable solidario de todo lo que pase en su obra», resume el responsable de construcción de CCOO de Catalunya, Andreu Ogayar, en ‘El Periódico’. En caso de que haya existido fraude laboral, los trabajadores afectados podrían reclamar a Limak, mientras que la responsabilidad administrativa en materias de salarios y Seguridad Social se ceñiría a la empresa infractora«, detalla otro abogado.
Justo las investigaciones de El Periódico y la publicación del reportaje se producen en una semana en la que el Barcelona ha promocionado las obras del Camp Nou, que van con un mes de adelanto con respecto al tiempo previsto. Limak deberá pagar un millón por cada día de retraso (el Barça debe volver al Camp Nou en septiembre de 2024) y en cambio tendrá una prima a favor en caso de adelanto. Joan Laporta estuvo el pasado jueves visitando las obras y varios periodistas han viajado a Estambul a conocer a fondo la filosofía de trabajo de Limak.
