Me voy a permitir comenzar esta reflexión citando a Heinz Leymann (1996) quien sostenía que “en las sociedades de nuestro mundo occidental altamente industrializado, el lugar de trabajo constituye el último campo de batalla en el que una persona puede matar a otra sin ningún riesgo de llegar a ser procesada ante un tribunal”.
Hoy en día, la violencia en el lugar de trabajo concebida como cualquier tipo de conducta o comportamiento que persiga causar un daño psicológico, físico o moral en un trabajador o trabajadora, debe ser una conducta no permitida y sobre la cual no se debe tener ningún tipo de tolerancia, ni expresa y muchos menos tácita.
El mundo enfrenta hoy un fenómeno, o mejor dicho una realidad que está causando innumerables consecuencias dañinas sobre la salud de la población trabajadora, esta realidad llamada Acoso Laboral se concreta cuando una persona es sometida a conductas de maltrato psicológico u hostigamiento, de manera frecuente y repetitiva, con el objeto de causar daño a la víctima, desmejorar las condiciones de trabajo o lograr su salida de la organización.
El Acoso Laboral como manifestación de violencia en el lugar de trabajo, debe ser atendido con seriedad y prontitud. No obstante, dada su característica de ser un tipo de violencia que no es evidente, sino por el contrario, generalmente es oculta y sutil, y que en la mayoría de las ocasiones se banaliza, no parece llamar suficientemente la atención de las autoridades nacionales e internacionales competentes para diseñar y poner en práctica estrategias que permitan detener la “plaga del siglo XXI” (OPS, 2002).
En este escenario de confrontación que se está materializando en el mundo laboral, es necesario hacer una declaratoria de paz, que permita evitar que nuevas personas se sumen a la estadística nacional e internacional que contabiliza las víctimas de acoso laboral, siendo en nuestra opinión absolutamente pertinente aplicar a la violencia en el lugar de trabajo, el lema que identificó el Día Internacional de la Paz para este año 2013, “Educación para la Paz”.
Educar para la paz en el mundo laboral de hoy, implica entre otras muchas posibilidades, desarrollar campañas dentro de las empresas, tanto públicas como privadas, que centren su atención, diseño y aplicación en el absoluto respeto a la diversidad humana y la dignidad del trabajador, por una parte, y por la otra, a la puesta en práctica de políticas de tolerancia “cero” frente a conductas de maltrato psicológico u hostigamiento.
DUGLAS JESUS YANES REYES
Abogado. Especialista en Derecho Corporativo y Desarrollo Organizacional. Consultor en Materia de Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo. Experto en asesoría legal relacionada con violencia en el lugar de trabajo (acoso) y factores psicosociales en el trabajo. Asesor en materia de Sistemas de Gestión de Seguridad y Salud Ocupacional. Amplia experiencia en litigio de asuntos relacionados con Derecho del Trabajo y Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo. Habilidad para el diseño y seguimiento de planes orientados a la adecuación de los clientes a la nueva realidad jurídica venezolana. Conocimientos de finanzas y contabilidad. Excelentes relaciones interpersonales. Altamente orientado al logro de objetivos, desempeño y trabajo en equipo.