EPIs en tiempos de crisis

En aquellos tiempos en los que las normativas en prevención de riesgos laborales, aún no eran ni un pobre sueño en la imaginación de algunos trabajadores, en las zonas rurales se las ingeniaban para salvaguardar su integridad, al menos la integridad de alguna parte de su cuerpo.

Entre los EPIs que se utilizaban se encuentran las zoquetas y los dediles de cuero.

La principal función de estos equipos era la de proteger los dedos de la mano que sujetaba el manojo de mies antes de ser cortado por la hoz.

Seguramente la invención de estos equipos de protección, esté asociada a la propia invención de la hoz, muy útil para acelerar el proceso de recogida de la mies, pero también, mucho más peligroso que los métodos anteriores consistentes en elementos rectos, que obligaban a pasar varias veces el filo, a modo de sierra, para segar unas pocas espigas.

Como ha ocurrido en diferentes ocasiones a lo largo de la historia, las innovaciones tecnológicas conllevan nuevos riesgos que hay que afrontar.

Por cuenta ajena y por cuenta propia

La organización del trabajo por entonces, desde el punto de vista laboral, era bastante parecida a la actual.

Los llamados “gañanes” por tierras manchegas, trabajaban todo el año para el patrón. Podrían ser equiparados a un trabajador por cuenta ajena que renovaba su contrato año a año (por San Miguel) Se podría decir que eran los más afortunados.

A estos el patrón les proporcionaba todo: herramientas, las zoquetas y los dediles (los EPIs), incluso alimento y cobijo. Los salarios eran ínfimos claro, sin embargo en esos años de finales del XIX y principios del XX, incluso en la época de postguerra, estos trabajadores aseguraban sustento a su familia todo el año y el patrón tenía a su disposición personal para reparar y fabricar los aperos y los EPIs en las etapas en las que el trabajo en el campo no era demasiado intenso, además de la vigilancia del ganado y las caballerizas por las noches.

Por otro lado estaban los segadores, cuadrillas de trabajadores que se contrataban únicamente en las épocas de recolección en las que había que hacer mucho trabajo en poco tiempo y la necesidad de mano de obra apremiaba.

Estos temporeros, similares a los actuales trabajadores por cuenta propia, debían aportar todo, incluidos los EPIs, herramientas y su propio sustento. No muy diferente a lo que ocurre en la actualidad.

Estos últimos se fabricaban sus propias zoquetas y dediles.

EPIs en estos tiempos de crisis

No hace muchos años, era habitual ver a los trabajadores de cualquier pequeña empresa ir perfectamente uniformados, con guantes, gafas y cascos relucientes. Viendo lo que ocurre actualmente, más parecía una estrategia de marketing empresarial, de imagen, que una verdadera preocupación por la seguridad.

Hace unos meses, acompañando a los técnicos de una UTE, detectamos en diferentes ocasiones a trabajadores sin los EPIs necesarios. La respuesta ante la pregunta de porqué no hacían uso de ellos, fue muy clara “a mí nadie me ha dado nada de eso que me pides”

Hace 100 años no se firmaban justificantes de entrega de EPIs, pero los patrones se los proporcionaban a sus trabajadores, seguramente por no perder ritmo de trabajo ante cualquier accidente.

Ahora, los trabajadores firman justificantes por haber recibido todo tipo de EPIs, y en la práctica son ellos los que tienen que ir ha comprárselos.

No son comparables, ni por asomo, las condiciones laborales de los trabajadores de entonces a las de ahora. Sin embargo en algunos temas concretos, tengo la sensación de que no hemos evolucionado demasiado.

Hace unos días me contaba un amigo muy cercano, que su jefe, ante las repetidas quejas de los empleados por no recibir los equipos que necesitaban y no cobrar sus sueldos íntegros en varios meses, les respondió literalmente: “Estas son las condiciones de esta empresa. Al que no le gusten que se marche. Tengo 100 esperando en la puerta”

Resulta muy difícil concienciar a los trabajadores de la necesidad del uso de los EPIs, cuando desde las altas esferas de las empresas se utilizan este tipo de argumentos. “Los EPIs te los compras tu en la ferretería” y además “Me firmas un justificante de entrega” y además “Si no los usas te sanciono”

Lo siento pero no puedo evitar hacerme esta pregunta:

¿Estamos peor ahora que hace cien años?

Fuente: www.herramientas-prl.com

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