El Plan es la mejor y única forma que permite una garantía razonable de arribar a un objetivo preestablecido. El peor plan que podamos desarrollar es siempre mejor que ninguno, porque ninguno, en el mejor de los casos, implica que estamos improvisando durante la marcha, a lo que hay que sumarle como otro defecto importante la falta de participación. La situación de ponernos a elaborar un plan en forma participativa implica al menos el ejercicio de pensar y acordar acciones y tareas para el futuro, cercano o lejano, pero futuro al fin.
Para ir de vacaciones se necesita un plan, para ganar el campeonato de algún deporte es necesario un plan, para gobernar se necesita un plan, para reducir la siniestralidad laboral de una empresa es más que indispensable un plan; si en una empresa se planifica la producción, las inversiones, existen planes de ventas y de negocios, porque entonces, en el mismo sentido de importancia no se van a planificar las acciones de Salud y Seguridad Ocupacional que tiene como vital objetivo «proteger la vida, preservar y mantener la integridad psicofísica de los trabajadores» (artículo 4 inciso a) Ley 19.587).
Si le pedimos a las empresas que planifiquen, porque entonces el ejemplo no empieza por casa, porque algunos estados no planifican, más allá de la cotidianidad y rutina diaria, las acciones que tienen pensado llevar adelante en materia de Salud y Seguridad en el Trabajo durante la gestión de gobierno. Qué otra cosa más importante que proteger la vida y preservar la salud de los ciudadanos y los trabajadores tiene un gobierno. ¿Donde están las políticas en la materia? ¿Cuales son los planes de los gobiernos en materia de salud y seguridad en el trabajo? ¿Cuál es la agenda pública del estado para llevar adelante esas políticas y planes?
En la Argentina la primera ley en materia de Higiene y Seguridad en el Trabajo es del año 1972 (ley 19.587), al año 1982 estábamos en la guerra de las Malvinas, jugando el mundial de fútbol en España y gobernados todavía por los militares, habían pasado 10 años. El 1992 nos encuentra con un gobierno neoliberal, empezamos a vivir unos cortos años dorados, me recibo de ingeniero, empiezo a trabajar como ingeniero, empiezo a dedicarme a ésta bella actividad, se nos fueron 20 años. Al 2002 ya habían pasado 30 años como si nada, estábamos viviendo una de las más grande crisis que sufriera el País y casi el trabajo no existía; hoy, que estamos en el 2013, una década ganada dicen algunos, ya pasaron 41 años de esa primera ley y todavía no existe en el País y en ninguna Provincia, salvo Santa Fe, la obligación de los empresarios de realizar un Plan en materia de Salud y Seguridad en el Trabajo cuyo objetivo sea «proteger la vida, preservar y mantener la integridad psicofísica de los trabajadores». Después de 41 años no existe en el País y en ninguna Provincia, salvo Santa Fe, la consagración del derecho de los trabajadores de participar en materia de Salud y Seguridad en el Trabajo a través de la figura de los Comité Mixtos, única herramienta que les garantiza una participación activa.
A nivel nacional el tema de Planes de SySO es sólo una idea plasmada en el Proyecto de Modificación del Dto. 1.338/96, que hasta donde sé sigue en etapa de proyecto.
A esta altura del artículo me viene a la cabeza el tema de la construcción, y para evitar incurrir en un grave error, es necesario explicar que en el Dto. 911/96 que reglamenta la Higiene y Seguridad en el Trabajo en las actividades de la construcción, existe la figura del Legajo Técnico y Programa de Seguridad, que no es otra cosa que un plan que tiene como objetivo «…control efectivo de los riesgos emergentes en el desarrollo de la obra…». La seguridad de una obra DEBE planificarse, no se puede seguir improvisando durante la marcha, porque es ahí cuando improvisamos y rápido, que cometemos los errores que terminan pagando con la vida un trabajar. Actualmente el 90% de los programas de seguridad, y no digo el 100% para no parecer exagerado, son un PAPEL PINTADO que se guarda en una carpeta, y que sólo sirve para cumplir con la ART y la legislación vigente. Gran parte de los jefes de obra, capataces y trabajadores desconoce que existe un Programa de Seguridad y si lo sabe, no tienen ni idea que dice el que tienen en la obra, muchas veces no tienen acceso al mismo, y muchas otras no les interesa en lo más mínimo.
Hoy por casa está todo como parado. Seguimos en un País sin Planes de Salud y Seguridad Ocupacional, quizás necesitemos otros cuarenta años más para darnos cuenta de su importancia, porque en el fondo es la única forma de una garantía razonable de éxito y de compromiso social.
Autor
Néstor Adolfo Botta
Rosario. Santa Fe. Argentina
31/07/2013