Mientras efectuaban la limpieza del fondo de un tanque de desechos de melaza, un encargado pidió ayuda al ser afectado por gases tóxicos. Un obrero se lanzó en su ayuda y logró sacarlo, pero no pudo evitar perder el conocimiento y falleció antes de ser asistido.
El ingenio Ñuñorco fue escenario de un accidente de trabajo que costó la vida a un operario, quien rescató a un compañero mientras realizaban tareas de limpieza en un tanque de la fábrica de azúcar. La víctima, de 56 años y domiciliada en Monteros, sufrió la acción de gases por una reacción química y sufrió un paro cardiorrespiratorio, indicaron fuentes policiales.
El incidente se produjo alrededor de las 9.15. Una cuadrilla de obreros de la planta se dedicaba a la limpieza de ocho tanques utilizados para la fabricación de azúcar. Las estructuras tienen una altura de 10 metros y un diámetro de 2,5 metros, con una capacidad para 32.000 litros.
La tarea de eliminación de restos de melaza consistió en eliminar una especie de costra con agua a presión con el objeto de que se deslice por una puerta ubicada en la parte inferior, indicaron voceros policiales. La labor se desarrolló sin inconvenientes en siete tachos, que presentaban en el fondo unos 2 centímetros de restos.
En el último depósito se detectó la presencia de diez centímetros de desechos de la fabricación de azúcar. El encargado Jorge Luna, de 41 años, decidió meterse en el interior e intentar ablandar el descarte, mientras se echaba líquido.
Sin embargo, el hombre quedó inmovilizado por la sustancia. Al mismo tiempo -señalaron voceros de la Policía-, la melaza comenzó a despedir gases al entrar en contacto con el agua.
La acción de ese tóxico provocó mareos a Luna, quien pidió ayuda a sus compañeros de labor.
Uno de ellos, Carlos Enrique Chamampa, se introdujo en el tanque e intentó ayudar al encargado, pero también fue víctima de los vapores tóxicos y no logró moverse con coordinación.
En un esfuerzo final, el operario tomó de los brazos a Luna y logró arrastrarlo hasta una escalerilla, con lo que consiguió salvar su vida.
Sin embargo, Chamampa no pudo soportar más la acción de los gases y perdió el conocimiento. Cayó boca abajo sobre la melaza y fue rescatado por sus compañeros, quienes lo llevaron al hospital de Monteros. Fuentes médicas indicaron que llegó sin vida.
El comisario principal Julio Peñaloza y el oficial Miguel Castillo tomaron declaración a los trabajadores del Ñuñorco, quienes agregaron que el encargado salvado por la víctima fatal fue derivado a un sanatorio de esa ciudad del sur, donde se encuentra estable.
También dieron intervención al médico de Policía Daniel Lamagni, quien tras la inspección manifestó que el deceso se produjo por una asfixia que derivó en un paro cardiorrespiratorio y recomendó una autopsia.
La fiscal de Monteros Mónica García de Targa ordenó esa pericia forense. Posteriormente, dispuso la entrega del cuerpo para su inhumación. Chamampa se domiciliaba en la calle Ernesto Padilla al 400 de esa ciudad, en el límite de los barrios monterizos de Alberdi y San Antonio.
Supervisaron lo actuado Guido Arturo Salas y David Leiva, de la Regional Oeste.