Fue en Camino de los Quinteros al 2800. La víctima sufrió graves quemaduras cuando abrió el capó del motor y recibió de lleno una explosión. Descartan que el incendio haya sido intencional.
Un hombre de 57 años murió calcinado mientras intentaba apagar el incendio que se había producido en su auto particular. La víctima, al advertir que su vehiculo se prendía fuego, tomó una manguera con la que intentó arrojar agua, pero al abrir el capó del motor una nube de fuego y humo lo envolvió y le causó quemaduras de extrema gravedad que le causaron la muerte casi de inmediato.
El hecho ocurrió cerca de las 21.30, en una casa ubicada en Camino de los Quinteros 2875 (Ovidio Lagos al 6500). Allí vivía Juan Manuel Benítez, un albañil de 57 años, propietario de un viejo Ford Taunus modelo 79 que anoche estaba guardado el garaje descubierto que está en la parte delantera de la vivienda.
Según consignaron a La Capital fuentes de la investigación, Benítez vivía solo y anoche estaba a punto de cenar cuando advirtió que su automóvil se empezó a prender fuego. El apuro por la situación hizo que Benítez saliera de la casa en calzoncillos y descalzo y que su primera reacción fuera tomar una manguera y conectarla a una canilla para tratar de combatir las llamas.
Pero el siniestro tuvo un desenlace fatal cuando el dueño del auto, según indicaron voceros de la investigación, quiso abrir el capó del motor. Al levantar la pesada tapa, se produjo una explosión y Benítez quedó envuelto en llamas.
«La víctima quiso salir hacia la calle para pedir auxilio, pero las quemaduras que sufrió fueron muy graves y murió en el lugar», contó a este diario el titular de la seccional 33ª, Roberto Sánchez. El funcionario descartó por el momento que el incendio haya sido intencional.
«El auto estaba dentro de la cochera, que es abierta, pero la casa está bien perimetrada con un buen cerco. No hay indicios de intencionalidad por lo que se ve. El fuego se produjo desde el motor hacia el resto del vehículo. Al menos esa es la impronta que genera el humo. Los rastros son distintos cuando se arroja un líquido inflamable sobre la pintura del auto», remarcó el titular de la 33ª.