Un empleado rural murió en un accidente en un campo de Candelaria
Intentaba sacar una bomba de agua de un pozo de más de 20 metros de profundidad. El mecanismo que lo sostenía falló y el hombre sufrió golpes gravísimos.
Nelson Atalibar Gatica trabajó toda su vida en lo mismo, incluso heredó el oficio de su padre, y aún así no pudo esquivar a la tragedia y murió en un campo de Candelaria tras sufrir un accidente dentro de un pozo de agua. El hecho ocurrió la tarde de este jueves en el establecimiento “La línea”.
Gatica tenía 47 años y vivía en calle Ayacucho sin número de Candelaria. Como su padre, el hombre se dedicaba a excavar y reparar pozos de agua y molinos en establecimientos rurales de la zona.
Según explicó el principal Daniel Ochoa de la Comisaría 35ª de Candelaria, la víctima, un ayudante y los dueños de “La línea” trabajaban en un pozo para extraer una bomba de agua sumergible que querían trasladar a otro campo.
“Lo que hicieron fue plantar dos postes a los laterales del pozo y le colocaron un travesaño de algarrobo, donde colocaron una rondana que sostenía la soga, el arnés y las silla con la que descendieron a Gatica”, que estiman estaba a unos 20 metros de profundidad cuando el palo de algarrobo se zafó y cayó sobre él, comentó la fuente.
“El ayudante, que trabajaba con él hace 14 años, cree que hizo un movimiento brusco y que el cimbronazo hizo que el travesaño se saliera de lugar. De todos modos, los peritos de (la División) Criminalística creen que a los golpes que se cobraron su vida se los hizo con las paredes del pozo”, agregó Ochoa.
El aviso del accidente ingresó a la comisaría a las 16:20, por lo que estiman que el hecho ocurrió unos minutos antes.
“La línea” está ubicado a 12 kilómetros del pueblo, cerca de la escuela Nº 378 La Sirena, por lo que los policías no tardaron en llegar. Para entonces, los compañeros de Gatica ya habían colocado un nuevo travesaño y jalaban al trabajador hacia la superficie, pero el cuerpo se trabó a unos dos metros del suelo y tuvieron que solicitar colaboración a los Bomberos Voluntarios de Quines.
Cuando finalmente lograron sacarlo, Gatica ya no tenía signos vitales según constató la médica de la ambulancia del centro médico local. El juez Ariel Parrillis, titular del juzgado Penal 2 de San Luis, ordenó que los restos fueran trasladados a la morgue judicial de la capital para que sean sometidos a una autopsia.