Sandra Pacheco, la joven de 25 años que más resultó afectada tras la explosión en la estación de servicio de gas vehicular Gazel de la carrera 46 con 87, en la madrugada del domingo, continúa recibiendo tratamiento médico en la Clínica Altos de San Vicente y evoluciona satisfactoriamente según los galenos.
De acuerdo con sus familiares, la empleada de la bomba, madre de un bebé de 9 meses, tiene quemaduras de segundo y tercer grado en su cara, cuello, brazos y manos, heridas que permanecen vendadas. “Los médicos no nos han dado muchos detalles sobre su estado, pero todo indica que está estable. Ella está consciente, habla y se queja un poco del dolor. Está recibiendo suero, analgésicos y antibióticos. Mañana (hoy) le harán el segundo lavado de las heridas”, dijo Ruth Pacheco, tía de Sandra.
Los parientes de la mujer relataron la versión de los hechos que Sandra les contó y, según esto, ella se salvó gracias a la ayuda de un compañero de trabajo que la auxilió mientras las llamas consumían una oficina de la estación donde la joven había ingresado minutos previos a la explosión. La información indica que el hombre que le salvó la vida a Sandra sería el cuarto herido del incidente, debido a que también presentó quemaduras. Sin embargo, ni los familiares de Sandra ni la empresa entregaron más datos sobre esta persona ni acerca los demás heridos.
Sobre las causas que generaron la explosión, voceros de Gazel reiteraron que son materia de investigación y que, con el fin de llegar al fondo de lo ocurrido, ingenieros están evaluando no solo el lugar de los hechos sino recolectando información testimonial con las personas presentes al momento del incidente.
“Además de nuestro personal, vendrá al país un equipo técnico del fabricante desde Canadá, cuya evaluación nos ayudará a esclarecer los hechos”, aseguró el vocero.
Respecto al riesgo que pudo tener para los residentes del sector el gas que quedó en el ambiente tras la conflagración, la empresa indicó que “no existe ningún riesgo, ya que el gas es más liviano que el aire y producto de este efecto se disipa rápidamente sin dejar residuos en el ambiente”.
El ingeniero Osvaldo del Castillo, presidente de la Asociación de Ingenieros Químicos del Atlántico, explicó que durante la madrugada –cuando la temperatura está más baja– se produjo una contaminación del aire que duró hasta que la temperatura subió y la velocidad de los gases disminuyó. Del Castillo hizo un llamado a las entidades gubernamentales encargadas de vigilar las EDS para que revisen el cumplimiento de las normas vigentes.
Por Liz Held Casalins