Los hechos. El 19/12/1982 ocurrió en la planta termoeléctrica «Ricardo Zuloaga» ubicada en Tacoa, muy cerca de Caracas, el accidente laboral que mas fatalidades ha causado en Venezuela . En una serie de explosiones de tanques con combustible, fallecen trabajadores de la empresa, propiedad de una de una de las familias de la oligarquía venezolana, fallecen bomberos, personal de los cuerpos de seguridad y voluntarios, personal de medios de comunicación televisiva y escrita, y fallecen también curiosos de los alrededores. El número exacto de fatalidades nunca fue establecido, pero la cifra de 154 personas fue la cantidad mas recurrentemente mencionada por las comisiones que se crearon para investigar este accidente. Igualmente, nunca se estableció exactamente el número de personas heridas, en especial las pertenecientes a las comunidades aledañas a la termoeléctrica.
La tergiversación. Las palabras no son inocentes, ni impunes, señaló en alguna ocasión el Nobel de Literatura José Saramago, y agregó en otro momento, hay que decirlas y pensarlas en forma consciente. Desde el primer momento lo ocurrido en Tacoa tomó el nombre de tragedia, obviamente por la magnitud de las consecuencias, que tuvieron dos características: irremediables y funestas produciendo gran dolor, no solo en la familia de los fallecidos y heridos, sino en toda la colectividad, pero como en la obra dramática, en que el personaje (la empresa) es llevado por una pasión o por la fatalidad, diríamos nosotros, por lo que vendieron «la casualidad», el desenlace fue funesto. Esto quiere decir, que desde el primer momento quedó apocada la categoría accidente de trabajo, por la categoría tragedia, que apunta hacia lo mas profundo de la mente, que facilita ubicar lo ocurrido en algo que no había manera de haberlo prevenido, mas falso imposible
como veremos a continuación.
Causas del accidente. Los prevencionistas manejan tres tipos de causas que no se autoexcluyen, sino que por el contrario llevan un orden espacial y temporal: las causas directas o inmediatas, las causas contribuyentes y las causas raíces. En Tacoa las causas directas, mas allá que se estaba bombeando combustible fuel-oil para las calderas a un tanque y que dos trabajadores subieron al tanque receptor a determinar la altura del llenado, nunca se podrán determinar, porque esos dos compañeros fueron las primeras víctimas de aquel día. Lo que si sabemos, y lo podemos leer en todas las declaraciones previas de los «investigadores» del gobierno, entre ellos de la PTJ de entonces, fue la manifiesta intención de declarar culpable a uno de los fallecidos de haber encendido un fósforo.
Las causas contribuyentes. Son aquellas causas atribuibles a situaciones que de haberse dado hubiesen impedido el accidente o mitigado su efecto. Por ejemplo, de haber estado automatizado el aforo del tanque, los hombres no hubiesen tenido que subir a aforarlo, es decir, a determinar que tan lleno estaba el tanque. Pero hay mas, las investigaciones posteriores demostraron una cadena muy larga de causas contribuyentes, entre ellas: los tanques tenían las válvulas para drenar agua e indicadores de temperatura dañados, el sistema de incendio, recién adquirido y pagado a una famosa empresa nacional especializada en prevención y extinción de incendios no funcionó porque no estaba conectado, y peor aún, no tenía la espuma conque se combate este tipo de incendios, la vía para ingresar a la zona de los tanques no tenía la dimensión adecuada para permitir el acceso de los cisternas de los bomberos, y la perla de las desviaciones de la empresa, los tanques existentes no tenían agua para los bomberos, por lo que en pleno incendio, entre la primera y segunda explosión, trabajadores de la empresa se pusieron a hacer las conexiones usando soldaduras, lo que alarmó al Ministro del Ambiente de entonces, el Dr. Febres Poveda, quien por declarar esto a la prensa fue suspendido de su cargo por el Presidente de entonces, Luis Herrara Campis.
Las causas raíces. Los prevenionistas usan el singular, raíz. Se trata de la causa original, la que desata todas las demás, generalmente de tipo administrativo, gerencial y organizacional. A ellas se llega preguntado ¿porqué?, así de fácil. A los administradores de las empresas sean públicas o privadas no les gusta que se llegue en la investigación a las causas raíces, ya que por lo general, la causa es de tipo administrativa, gerencia y organizacional, y los responsables terminan siendo los planificadores, los administradores, los gerentes y los cuadros medios de las empresas. En el caso del accidente de la planta termoeléctrica de Tacoa, todos los porqué conducen a la dirección de la empresa y por allí comenzó la acción penal.
El proceso penal. Mientras los organismos de seguridad del Estado adelantaban su investigación, se designó a un Juez Instructor (Carlos Soucre) para que preparara un expediente sobre lo acontecido en la investigación, pero desde el primer momento, hubo presiones del ejecutivo, obviamente en concordancia con la empresa para despojar a ese juez del expediente por aceptar la orientación de los fiscales del Ministerio Público, quienes apuntaban hacia «incendio y homicidio culposo, previstos en los artículos 357 y 411 del Código Penal». Finalmente el juez fue suplantado por la Jueza Superior XIII Penal, Dra. María Salazar de Rodríguez Corro, quien dictó 8 autos de detención a empleados de la empresa, entre ellos al Gerente de Seguridad Industrial y al Gerente de Planta. Ninguno fue a prisión. La empresa conocedora de la decisión judicial trasladó a los imputados fuera de Venezuela hasta que la comisión gubernamental dictó su informe final, en el cual se destacaba que la causa del accidente era el uso de fósforos por parte de una de las dos víctimas de la primera explosión. Luego trajeron al país a un empleado de menor jerarquía, quien estuvo detenido algo mas de un mes.
Corolario. En 1984 el tribunal declaró cerrado el caso. Todos imputados quedaron libres. Nadie responsable de lo que pasó en Tacoa, el tribunal ni de pellizco se paseó por la responsabilidad de los dueños de la empresa. Un observador externo pudo pensar que aquellos imputados actuaron por acción o por omisión siguiendo las pautas que ellos mismos se daban, que la presidencia de la empresa los dejaba actuar a su libre albedrío. Hay una categoría que cubre todo lo ocurrido, la impunidad. Hoy a 32 años de aquel terrible suceso, las víctimas de Tacoa siguen clamando justicia.
Eric Omaña. Profesor universitario.