Hace 37 años la tasa de accidentabilidad en el trabajo en Chile era de un 35% y hoy ha disminuido a 7,4%, valor que se acerca a la tasa de accidentabilidad de países desarrollados como Estados Unidos y España. Pese a esta importante reducción, en el país actualmente se gasta cerca de US$ 3.000 millones al año por accidentes laborales o enfermedades profesionales. Por esta misma razón mueren en promedio 2,6 personas por cada 100.000 habitantes.
La disminución en la tasa de accidentabilidad sólo se puede explicar gracias al aumento de las estrategias de prevención, ya que los accidentes suceden por causas naturales, que pueden investigarse, explicarse y corregirse, no son fruto del azar o de la mala suerte.
«La prevención de accidentes y enfermedades laborales está orientada a eliminar los riesgos y evitar los accidentes. Un accidente puede dañar a los trabajadores, las maquinarias e interferir en los productos. Aumenta los gastos de producción ya que no sólo se pierden días de trabajo, sino que se agregan los daños provocados, le recuperación de maquinaria y los gastos médicos del personal lesionado. Es así que la prevención de accidentes no es un gasto, es una inversión», afirma la enfermera Pamela Ivanovic, secretaria académica de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello.
La prevención de los accidentes laborales es responsabilidad de empresarios y de trabajadores, que deben trabajar en conjunto. Que suceda un accidente en el lugar del trabajo indica que algo no está funcionando bien. La Ley articula la prevención de accidentes y enfermedades laborales, sobre los principios de responsabilidad y participación, regulando actuaciones, funciones, derechos, obligaciones y responsabilidades de empresarios y trabajadores.
En nuestro país, existen instituciones encargadas de velar que las empresas y los trabajadores cuenten con las herramientas, protecciones y capacitación necesarias para evitar accidentes. Para desarrollar estas estrategias preventivas, es indispensable conocer el por qué ocurren los accidentes.
Las causas básicas de los accidentes radican en factores personales, relacionados con falta de conocimiento o de capacidad en el trabajo que se está realizando; el tratar de ahorrar tiempo, la desmotivación, el evitar molestias o incomodidades. Además pueden producirse por factores del trabajo, como resultado de falta de normas de trabajo o la existencia de normas inadecuadas, el diseño o mantenimiento inadecuado de los equipos, el uso y desgaste normal de las herramientas o el empleo inadecuado de los equipos y herramientas.
«Es de vital importancia que los trabajadores conozcan los riesgos que existen en sus trabajos, estos varían en cada labor y dependen, además, del lugar donde se realizan. El trabajador es también, parte determinante de las causas inmediatas de un accidente, en especial en la ejecución de actos inseguros, que son los que provocan directamente un accidente», afirma la docente de la U. Andrés Bello.
Prevenir accidentes
Algunas de las situaciones en las que el trabajador tiene una actuación determinante en la prevención de accidentes son:
– No realizar trabajos para los que no se esté debidamente autorizado y capacitado.
– Dar aviso de las condiciones de peligro que observe
– No utilizar o anular los dispositivos de seguridad con que van equipadas las máquinas e instalaciones.
– No usar herramientas o equipos defectuosos o en mal estado.
– Usar las prendas de protección individual establecidas.
– Hacer bromas durante el trabajo.
– Reparar máquinas o instalaciones de forma provisional.
– Realizar reparaciones para las que no se está autorizado.
– Adoptar posturas incorrectas durante el trabajo, sobre todo cuando se manejan cargas.
– Nunca colocarse debajo de cargas suspendidas.
– Evitar sobrepasar la capacidad de carga de los aparatos elevadores o de los vehículos industriales.
– No transportar personas en carros o carretillas industriales
– Siempre mantener el orden y la limpieza en los lugares de trabajo.
– Nunca realizar almacenamiento incorrecto de materiales, apilamientos desordenados, bultos depositados en los pasillos, amontonamientos que obstruyen las salidas de emergencia.
– Evitar colocar materiales combustibles o inflamables, cerca de focos de calor.
– Siempre Informar sobre la ausencia de señalización en puntos o zonas de peligro, protecciones y resguardos adecuados.
– Informar presencia de pozos, zanjas, sin proteger ni señalizar, porque presentan riesgo de caída.