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Se cayó del piso 47 de un rascacielos y sobrevivió

La víctima es un ecuatoriano que se desplomó cuando se rompió el andamio en el que trabajaba en una torre de Nueva York. «Gracias a Dios por el milagro que hemos tenido», dijo su mujer

Alcides Moreno, un ecuatoriano de 37 años que logró sobrevivir a una caída desde 47 pisos de altura al derrumbarse el andamio que usaba para limpiar los ventanales de un rascacielos, ahora está despierto, habla con sus familiares y espera volver a caminar.

Moreno se desplomó el 7 de diciembre desde una altura de unos 152 metros (500 pies) al romperse el andamio en el que trabajaba con su hermano, el cual falleció de manera instantánea.

De alguna manera, Moreno logró sobrevivir y los médicos del Centro Médico Will Cornell, del Hospital Presbiteriano de Nueva York, anunciaron el jueves que su recuperación ha sido asombrosa.

Moreno puede mover todas sus articulaciones y puede respirar por sí mismo, y el Día de Navidad, abrió la boca y habló por primera vez desde el accidente.

Su esposa, Rosario Moreno, lloró al agradecerle a los médicos y a las enfermeras que lo mantuvieron vivo.

«Gracias a Dios por el milagro que hemos tenido. El me sigue diciendo que aún no era su tiempo», indicó Rosario Moreno.

El médico Herbert Paredes, el presidente del hospital, describió el estado de Moreno cuando recién ingresó al hospital como «un completo desastre».

Tenía fracturas en varios pedazos ambas piernas, el brazo derecho y la muñeca. Tenía lesiones graves en el pecho, abdomen y en la espina dorsal, sangraba del cerebro y todo parecía estar sangrando.

En esas primeras horas críticas, los médicos le colocaron 24 unidades de sangre donada en su cuerpo, aproximadamente el doble de su volumen corporal total.

También le colocaron plasma y plaquetas y un fármaco para estimular la coagulación para evitar las hemorragias. Le insertaron un catéter en el cerebro para reducir la inflamación y le abrieron el abdomen para quitarle presión a sus órganos.

Moreno estaba semiconsciente cuando fue trasladado al hospital. Los médicos lo sedaron, le hicieron una traqueotomía y le colocaron un ventilador.

Su condición era tan grave que los médicos temían que una ligera sacudida podría matarlo, por lo que lo sometieron a su primera cirugía sin moverlo en una sala de operaciones.

Nueve cirugías ortopédicas vinieron a continuación para reconstruir su despedazado cuerpo.

Incluso, cuando las cosas parecían estar peor, el personal médico se sorprendió por su suerte.

De manera increíble, las heridas en la cabeza de Moreno eran relativamente menores para una víctima de una caída tan grande.

El neurocirujano John Boockvar indicó que el limpiador de ventanas también logró evitar una lesión en la espina dorsal que lo habría dejado paralítico, aunque sí sufrió fracturas en algunas vértebras.

«Si usted cree en los milagros, este podría ser uno», señaló el jefe de cirujanos del hospital, el doctor Philip Barie.

Fuente: www.infobae.com

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