Centenares de precarias fábricas clandestinas instaladas en Marruecos producen para las multinacionales españolas. En una de ellas ha ocurrido el peor accidente laboral en la historia reciente de Marruecos.
Hasta ahora se contabilizan 28 muertes en la fábrica clandestina de Tánger, 18 de ellas mujeres y varias de las víctimas eran de la misma familia. Situado en el subsuelo de una casa residencial, donde trabajaban un total de 40 personas, el taller quedó inundado por las intensas lluvias y se produjo un cortocircuito que causó las muertes. Otro de esos desastres anunciados, perfectamente evitables, resultado de la explotación capitalista y la búsqueda de beneficios a costa de la vida.
La industria textil es la primera fuente de empleo de Marruecos, con más de 190.000 puestos de trabajo, la mayoría mujeres, siendo un 54% perteneciente al “sector informal”. Muchas pequeñas fábricas y talleres se encuentran en los sótanos de los barrios de Tánger.
La autoritaria Monarquía marroquí, socia de los gobiernos españoles y franceses, ha convertido Tánger en una zona franca a disposición de la explotación de las multinacionales, con un polígono de 400 hectáreas de terreno vallado donde se ubican 80.000 trabajadoras en 500 fábricas del sector textil que cosen para las multinacionales españolas.
La situación de desempleo y miseria en el país empuja a la población hacia el norte y a buscar trabajo en Tánger, pero muchas personas no lo encuentran y terminan en los precarios talleres clandestinos de los barrios como en el que han fallecido las trabajadoras. Pero incluso en el polígono industrial la explotación laboral es despiadada, con jornadas de trabajo que pueden llegar a las 11 y 12 horas diarias, más de 70 semanales, y salarios de miseria que apenas superan los 200 euros.
Multinacionales españolas como Inditex, de Amancio Ortega, el considerado por la derecha española una suerte de “filántropo”, tiene ubicada buena parte de su producción en el país. También multinacionales francesas del automóvil como el grupo PSA Peugeot-Citroën o Renault tienen fábricas con miles de empleos en la zona franca de Tánger.
Incluso la baja productividad de estas fábricas interesa a los capitalistas ya que también invierten menos capital en unas instalaciones que son del todo precarias y que además compensan con esas jornadas de trabajo maratonianas, así como a través de largas cadenas de subcontratación que terminan en sótanos como los de Tánger. Como resultado consiguen vender en el Estado español prendas a 10 o 30 euros que han tenido unos costes de producción de menos de uno o tres euros.
De esta manera, economías de países semicoloniales sirven a los intereses de las grandes multinacionales que deslocalizan su producción a estos lugares para ahorrase costes explotando a trabajadores y trabajadoras más vulnerables. Luego ocurren hechos como los de este lunes o la muerte en 2013 de más de 900 trabajadoras y trabajadores en Bangladesh por el derrumbe de una fábrica textil que producía para Primark y Mango.
En Marruecos no hay libertad política ni sindical, pero los gobiernos europeos apoyan a Mohamed VI y a otros tantos regímenes autoritarios y corruptos porque justamente esa falta de libertades es garantía de sus negocios. El mismo Estado marroquí pisotea los derechos del pueblo saharaui en el Sahara Occidental, pero el actual Gobierno español tan “progresista” no hace nada porque las multinacionales españolas tienen fuertes intereses en los recursos estratégicos de la región. El Gobierno del PSOE y Unidas Podemos se podrá llamar “progresista”, pero está al servicio del IBEX35 y del imperialismo.
Luego la extrema derecha trata de inflamar la xenofobia, como están haciendo con la migración marroquí en Canarias, que el Gobierno ha convertido en un criminal campo de migrantes. Pero ocultan la otra realidad de la “Marca España” y la explotación despiadada de las multinacionales en el país y en el resto del continente africano. La “Europa fortaleza” no quiere hacerse cargo de las migraciones que ella misma genera por su política imperialista de saqueo global.