La mujer perdió el equilibrio, cayó y se golpeó la cabeza con la cinta de correr. Ningún trabajador del gimnasio acudió para ayudar
Según recoge Informativos Telecinco, la localidad estadounidense de Kent, en el estado de Washington, se encuentra consternada tras la trágica muerte de Delrie Rosario Woods el pasado 21 de julio. Esta mujer, casada y madre de cuatro hijos, cayó y se golpeó la cabeza mientras corría en una cinta de un gimnasio. Por otra parte, una nueva etiqueta en redes sociales sirve para denunciar el acoso en dichos centros deportivos.
Rosario, de 36 años, estaba haciendo ejercicio junto a su hermana Marissa cuando ocurrió el fatal suceso, según informó KIRO7, una cadena de televisión de Seattle. Marissa explicó que la víctima «intentó reducir la velocidad de la máquina» cuando perdió el equilibrio y «colapsó, golpeándose la cabeza con el aparato».
Ningún trabajador del gimnasio acudió para ayudar
Además, calificó el accidente como «extraño» puesto que ambas utilizaban habitualmente la cinta, casi a diario. Cuando Rosario quedó inconsciente, su hermana comenzó a gritar y a pedir auxilio por si alguien de los presentes sabía llevar a cabo una reanimación cardiopulmonar (RCP).
Algunas de las personas que se encontraban en el gimnasio detuvieron sus ejercicios para ayudar. Sin embargo, subrayó Marissa, ningún miembro del personal de LA Fitness se acercó. «Creo que estaban en estado de shock», indicó.
Rosario nunca volvió a recuperar el conocimiento y, horas después, falleció en el hospital. La familia Woods la recuerda como una hermana y una madre amorosa. «Todo lo que hacía siempre era para los niños. Trabajó muy duro por ellos», destacan.
Según el citado medio local, Rosario Woods era donante de órganos y los médicos apuntaron a sus allegados que, gracias a su corazón, sus pulmones, sus riñones y su hígado, ha salvado cinco vidas.
Por otra parte, los compañeros de trabajo han creado una página en la plataforma GoFundMe con el objetivo de ayudar económicamente a sus cuatro hijos.