El repartidor, que tenía 48 años, sufrió varios traumatismos y entró en parada cardiorrespiratoria. Efectivos del SAMUR intentaron reanimarle durante 30 minutos sin éxito.
Un motorista de 48 años que llevaba una mochila de la empresa de reparto de comida Glovo ha muerto esta noche tras una «colisión frontolateral» contra un camión de la basura en la calle Embajadores, en el distrito madrileño de Arganzuela.
Desde la compañía han asegurado que «la persona fallecida no estaba registrada ni operaba a través de la app de Glovo«, por lo que podría estar trabajando para otra empresa como Uber Eats o Deliveroo y llevar la bolsa de Glovo. Otra de las posibilidades es que el motorista sí trabajara para Glovo, pero no directamente, sino que hubiera alquilado la cuenta que pertenecería a otro titular.
La empresa ha difundido este comunicado: «Queremos trasladar nuestro más sentido pésame a la familia y amigos de la víctima del fatal accidente. Tal y como hemos podido confirmar en colaboración con las autoridades, la persona fallecida no estaba registrada ni operaba a través de la app de Glovo. Seguimos trabajando para garantizar la máxima seguridad de los repartidores y usuarios que confían en Glovo, así como del resto de población de las ciudades en las que estamos presentes».
Fuentes de la compañía han insistido a Público en que el fallecido «no es repartidor de Glovo, ni estaba haciendo un servicio para Glovo. Podía llevar una mochila de Glovo, por el motivo que sea, y estar colaborando con otra empresa».
La reacción de Riders X Derechos
La plataforma en defensa de los derechos de estos repartidores Riders X Derechos ya ha advertido a través de su cuenta de Twitter a la empresa que deberá «responder delante de la justicia» y que «no será en un juzgado de lo social, será por lo penal».
Después han matizado tras el comunicado de la firma: «Puede que llevara una mochila de Glovo, pero podría haber estado trabajando para Deliveroo, UberEats u otra empresa. No borraremos el tuit porque los fundadores de Glovo nos parecen igualmente unos criminales, que no han asumido las responsabilidades de la muerte del compañero Pujan», otro rider que falleció en Barcelona tras ser arrollado por un camión de la basura en 2019.
Según Emergencias Madrid, «un enfermero jubilado de SAMUR y dos enfermeros del Hospital Clínico», que asistieron al accidentado tras la colisión, «habían iniciado las maniobras de reanimación hasta la llegada de los equipos del SAMUR».
El accidente ha ocurrido alrededor de las 23:30 horas aunque se desconocen las causas. La Policía Municipal de Madrid ya está investigando qué ha podido ocurrir para que se produzca este choque mortal.
El fallecido sufrió varios traumatismos, uno craneoencefálico severo y otro torácico y entró en parada cardiorrespiratoria. Los efectivos del SAMUR que se trasladaron al lugar de los hechos intentaron reanimar al repartidor, pero, tras 30 minutos, no consiguieron restablecerle y confirmaron el fallecimiento. Los trabajadores del camión de la basura quedaron afectados por el accidente y fueron atendidos por una psicóloga del SAMUR-Protección Civil.
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha expresado su «solidaridad y cariño con la familia, personas queridas y compañeros del trabajador que lamentablemente ha fallecido en un nuevo accidente laboral». «Garantizar condiciones de trabajo decentes y seguras es uno de los mayores retos que tenemos como Gobierno», defendido Díaz.
La pasividad de las empresas de reparto
La colisión de esta pasada madrugada no es el primer accidente que involucra a empresas de reparto como Glovo, Uber Eats o Deliveroo. En 2019, un repartidor falleció también al chocar contra un camión de la basura en Barcelona. Nuria Soto, activista y miembro de Riders X Derechos BCN, aseguró a Público que estas compañías «someten a sus trabajadores a unas condiciones que hacen que te juegues la vida«. Soto explica que estas empresas suelen cubrir estas desgracias, llamándolas «accidentes de tráfico, cuando realmente son accidentes laborales ya que suceden en horas de trabajo».
La plataforma en defensa de los repartidores aseguró: «No estamos acostumbrados a poner imágenes de accidentes, pero desafortunadamente son una tendencia general de la vida cotidiana». Según Soto, «es precariedad sobre precariedad».
El colectivo de repartidores solicita que las empresas se hagan responsables de estos accidentes laborales y que los reconozcan como trabajadores, ya que la Justicia ha determinado en varias ocasiones que los riders son, en la mayoría de los casos, falsos autónomos y que muchos de estos repartidores mantienen una relación de carácter laboral con las compañías.