Miguel Ángel Guerrero, uno de los exescoltas que protestó frente a la cárcel de Botafuegos y que ahora trabajaba en Grupo Alonso, fallece tras sufrir una caída desde unos 15 metros
Miguel Ángel Guerrero, uno de los dos escoltas que en el mes de abril de 2013 mantuvo una huelga de hambre para solicitar un puesto de trabajo en la prisión de Botafuegos, falleció ayer como consecuencia de un accidente laboral. El suceso fue un trágico giro del destino, puesto que era el empleo que había conseguido a raíz de aquella reivindicación, con la mediación de las autoridades y para que pudiera poner fin a tan dura protesta.
Guerrero trabajaba en el Grupo Alonso. José Gavilán, secretario provincial de Salud Laboral de Comisiones Obreras, explicó a este diario que se encontraba arreglando un techo tipo uralita de plástico de una de las naves de las instalaciones de la empresa, las antiguas de Torraspapel. Por motivos que se desconocen, ya fuera una caída, un tropiezo, un resbalón, el exescolta se precipitó al vacío, desde una altura aproximada de 15 metros. Falleció.
El Servicio de Emergencias 112 recibió el aviso a las siete de la tarde y envió al lugar a los servicios sanitarios, la Policía Local y la Policía Nacional. La funeraria se llevó el cuerpo del trabajador a las nueve menos cuarto de la noche aproximadamente.
José Gavilán denunció ayer que Guerrero y sus compañeros estaban trabajando sin ninguna medida de seguridad anticaída en el techo de la nave. El sindicalista señaló que CCOO había tenido constancia de que así estaba ocurriendo y que el pasado viernes se desplazó a la zona para confirmarlo y que lo pudo corroborar.
Gavilán añadió que tenían pensado presentar una denuncia ante la Inspección de Trabajo y que finalmente se anticiparon los acontecimientos. La denuncia ante Inspección se registrará hoy, adelantó.
Marcos Gutiérrez, consejero delegado de Grupo Alonso, señaló ayer a este diario que los departamentos de Salud Laboral y Recursos Humanos de la empresa así como la mutua se pusieron a investigar lo ocurrido desde el primer momento y que hasta que no concluya esta investigación no es posible precisar mucho qué pudo suceder. Gutiérrez aseguró que Grupo Alonso prestará toda su colaboración en cualquier averiguación que se plantee.
El delegado de Grupo Alonso definió a Guerrero como «un buen trabajador». Llevaba año y medio en la compañía.
El suceso trascendió pronto. El concejal de IU Antonio Delgado se incorporó a las siete y media al pleno que se estaba celebrando en el Ayuntamiento y se lo comunicó al alcalde. José Ignacio Landaluce, que había tratado mucho con los dos exescoltas, comunicó lo que le había pasado a Guerrero, por el que con posterioridad se guardó un minuto de silencio en la sesión plenaria. El primer edil trasladó el «pésame, el cariño y el aliento a la familia» del fallecido y propuso a los grupos políticos buscar alguna fórmula para que no se olvide el nombre de Miguel Ángel Guerrero.
Guerrero, de unos 40 años, comenzó su huelga en la rotonda de acceso a Botafuegos el 25 de marzo de 2013. Tres días después se le unió su compañero José Vega. Exescolta en Navarra de cargos públicos amenazados por ETA, la inició para reclamar uno de los entonces nuevos puestos de seguridad privada en la cárcel, de acuerdo a las informaciones publicadas en aquel momento que señalaron que el ministerio del Interior iba a promover la contratación para determinadas funciones en las prisiones de los escoltas que desarrollaron su labor en País Vasco y Navarra y que, tras el anuncio del cese definitivo de la violencia por parte de ETA, fueron relevados de estos desempeños.