Algunas reflexiones, que no pretenden significar para nada recomendaciones, sino una invitación a la mera reflexión. Con nuestras canas (o la carencia de ellas) hemos aprendido a dejar de «dar línea», y pretender tener la verdad absoluta.
Autor: Walter Varillas
Como el viejo coronel al que se refería García Márquez, que cada viernes esperaba la carta de reconocimiento que nunca le llegó por sus servicios de armas, ocurre con frecuencia que los responsables de la salud ocupacional, salud laboral, salud de los trabajadores, seguridad y salud, estamos esperando que los gobernantes, los empleadores, «los otros», den la ley que reconozca la salud de los trabajadores como prioridad. Nos quedamos congelados en nuestras posiciones de especialistas, o en nuestros fundamentalismos y torres que consideramos el eje del mundo. El mundo no nos entiende, pobres locos.
Por ello, si logramos insertar la salud de los trabajadores en las prioridades de políticas públicas sociales y económicas de los países, de los Estados y de los movimientos sociales, de las propias empresas, lograremos avances más consistentes en la protección de los trabajadores. Es decir insertarnos en los procesos sociales, y no pretender que estos se inserten en nuestras visiones especializadas, la vieja recomendación de adecuar el zapato a los pies y no los pies al zapato. Una ergonomía de política social.
Los temas de la agenda social internacional y en nuestros pases, tienen que ver con la pobreza y las desigualdades, la generación de empleo decente, el desarrollo de la economía social y solidaria (mal definida como trabajo o sector informal), y sus causas, sus determinaciones y determinantes. La salud ocupacional debería de insertarse en esta agenda.
La campaña global que promueve la OIT, de conmemorar el 28 de abril como el Día de la Seguridad y Salud en el Trabajo, que institucionaliza una iniciativa de sindicalistas norteamericanos, canadienses, españoles y latinoamericanos del siglo pasado como Día en Memoria de los trabajadores caídos en el trabajo, se enmarca en esta estrategia de insertarse en la agenda pública global. Y el tema que propone este año, que recoge la OPS, es el de las enfermedades ocupacionales.
Desde nuestra experiencia, la agenda y la acción en defensa del derecho a la salud y seguridad, requiere el compromiso y protagonismo de los propios trabajadores, finalmente se trata de la salud y la vida de ellos mismos. Pero también, de los trabajadores de la salud y las políticas sociales, no debemos olvidar nuestra identidad de trabajadores. Pero son los empleadores los principales responsables por brindar adecuadas condiciones de trabajo a sus trabajadores, y es obligación de los funcionarios del Estado velar por la protección de la SST. Se dice que la SST es responsabilidad de todos, pero en primer lugar, de los empleadores.
En el caso del Perú, en cuanto a salud y seguridad en el trabajo, hemos transitado del medioevo a la modernidad. La Ley y el Reglamento, significan una puesta al día de un retraso de varias décadas frente a los países vecinos. Ciertamente ello se ha debido, al movimiento sindical peruano, pero también a las exigencias del procesos de apertura económica y de integración andina; el riesgo de denuncias de dumping laboral, con trabajo semiesclavo o semiservil ha pesado mucho. Y se ha avanzado incluso en la definición de una comisión nacional, y una política nacional en SST, promovido de manera tripartita por el Ministerio de Salud. http://www.mintra.gob.pe/mostrarContenido.php?id=949&tip=949
También podemos observar los avances de la Comisión Nacional de salud Ocupacional promovido por el Ministerio de Salud. Asi mismo, de Es Salud, a través de los Centros de Prevención de Riesgos del Trabajo – CEPRITS.
¡¡Pero, la herencia del pasado pesa tanto, que hay tanto por hacer!!. El informe del 2006 de la OIT, con datos del 2001, mostraban al Perú como el país con la más alta letalidad laboral del grupo de países que reportaron datos. Y claro, ello es consecuencia del nefasto Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo (SCTR), que a despecho del concepto de prevención riesgos del trabajo, considera que hay ocupaciones con riesgo y otras sin riesgo, o con riesgo que no merece atención. TR frente a RT, no es sólo una diferencia semántica, es la muestra de como concepciones equivocadas impactan en la salud y la vida de las personas, la cobertura de riesgos del trabajo en el Perú no supera el 9%, frente a la cobertura en países vecinos: Bolivia (22%), Ecuador (30%), Chile (encima del 60%). Esta norma, queda como una herencia del medioevo de la década del 90.
Ciertamente quedan otros temas por abordar, como la cobertura de riesgos del trabajo en la economía informal, en el trabajo temporal, en el trabajo rural. Pero debemos de reconocer que se ha avanzado.
Pero también han surgido nuevos problemas pendientes de respuestas, como el desmesurado mercado de la SST: la necesidad de regular y certificar las nuevas consultoras que ha aparecido por la inusitada demanda de servicios de asistencia técnica para adecuarse a las normas en SST. Nuevos problemas en el nuevo contexto.
En los últimos años también ha ocurrido un desarrollo importante de proyectos de cooperación en salud laboral de los sindicatos y ONGs, en el desarrollo de especialistas y profesionales en el tema en el sector público y privado, que ha permitido un desarrollo de capacidades de los trabajadores, y que se expresa en su participación en las comisiones de SST. Ciertamente, está pendiente la formación masiva de los trabajadores para la prevención. Pero también la demanda ha llevado al incremento de la oferta de formación en maestrías, cursos y demás. Ver
Este es un balance que es necesario hacer colectivamente y nadie sobra. Y hay iniciativas varias en el país y en el exterior, con motivo del 28 de Abril. Esta fecha se institucionalizó en el Perú por gestión de los sindicatos a principios de los 2000, al que acompañó entonces la Mesa tripartita de SST, y ha logrado mantener en agenda la SST en los últimos años. Los sindicatos de hecho tienen razones muy válidas no para celebrar, sino para conmemorar los caídos en el trabajo, los heridos y los muertos. Por ejemplo, en las minas, la construcción, el trabajo en salud rural, en las zonas petroleras, pero también en el trabajo invisible mal llamado informal, de los niños de la calle, de los recicladores de residuos sólidos. Pero los trabajadores de la salud y los temas sociales, también tenemos la obligación de reflexionar, con los trabajadores en general, con los empleadores y sus funcionarios, con los funcionarios públicos, sobre lo avanzado. Nuevamente, nadie sobra.
Desde las redes que administramos, la RSST auspiciada por la OPS y la OIT, la RSST en Yahoogroups (más abierta a temas sociales), la RST Perú (red peruana de SST), y desde las redes de conocimiento y comunidades de práctica en las que participamos, esteremos, con espíritu democrático, abiertos a promover estas reflexiones. Para nosotros en un día de luto y de reflexión.
¡Que cada uno en su trinchera, podamos conmemorar los caídos y celebrar reflexivamente los avances, buscando propuestas que nos permitan, a diferencia del viejo Coronel, esperando los viernes el reconocimiento que nunca llega, sumar y multiplicar voluntades, cerebros, brazos, pasos y corazones!
Fuente: RED DE SALUD DE LOS TRABAJADORES DE LATINOAMERICA Y EL CARIBE (RSST). RSST@yahoogrupos.com.mx