De prosperar el proyecto del ARI, un trabajador que alegue haber sufrido acoso moral de parte de su jefe o pares, no podrá ser despedido y deberá ser reubicado en la empresa.
Se trata de una iniciativa que ingresó en Diputados el 1º de marzo pasado. Se suma a otros tres proyectos que protegen al trabajador en casos de mobbing o acoso laboral. Avanzan sobre derechos de empleadores, informó la Agencia FOIA.
Los proyectos relacionados con el acoso moral podrÃan plantear nuevas limitaciones sobre los derechos del empleador En momentos en que los empleadores reclaman mayor certidumbre jurÃdica sobre el marco de normas laborales, se conoció otro proyecto de ley, en manos del Congreso, que podrÃa convertirse en un nuevo riesgo empresarial.
Se trata de una iniciativa presentada el pasado 1º de marzo por las diputadas Elisa Carrió y Marcela RodrÃguez, del ARI, que busca regular la figura del mobbing o acoso moral en el ámbito laboral.
El proyecto presenta una serie de aspectos particularmente riesgosos para el sector empresarial:
– Impide no sólo despedir al trabajador que â??diceâ?? haber sido objeto de acoso laboral o persecución psicológica sino también a los empleados que hayan sido testigos del mismo. Es decir, instaura una suerte de â??indemnidadâ?? de trabajadores en esas situaciones.
– Establece la responsabilidad solidaria del empleador por cualquier hecho de violencia laboral que ocurra en la compañÃa. AsÃ, el empleador será responsable no sólo por los actos del personal a su cargo sino también por todos aquellos actos de personas que no estuvieran a su cargo y tuvieran como vÃctimas a sus empleados. En realidad, esta enunciación es vaga y no se entiende cuáles serÃan los terceros por quienes deberÃa responder el empleador.
– En caso de que el trabajador vÃctima de mobbing se considere despedido por esa causa, podrá solicitar su reincorporación por vÃa judicial y el juez deberá reinstalarlo en su puesto de trabajo.
Riesgos
Tal como está planteado el proyecto, los empleadores sumarán más responsabilidades y deberán intensificar los controles sobre sus empleados, ya que serán responsables en forma solidaria por el acoso moral o trato discriminatorio a trabajadores ejercido por personas a su cargo o por terceros.
Además, los empleadores deberán cuidarse de cualquier acto, gesto, palabra o actitud que pueda considerarse mobbing.
Laboralistas consultados por Infobae señalaron que las empresas deberán extremar controles al momento de contratar trabajadores y conocer si su â??perfilâ?? es el de un posible acosador, algo que en la práctica serÃa imposible de lograr.
Otro elemento alarmante recae en la posibilidad que se le otorga al trabajador despedido que fue vÃctima de algún trato discriminatorio para optar por reclamar la nulidad de aquella medida, con el consecuente pago de las prestaciones adeudadas o percibir la indemnización que corresponda más daños y perjuicios.
De esta manera, advirtieron los laboralistas, la propuesta convertirÃa en ley el controvertido pronunciamiento adoptado por la Sala IX de la cámara laboral en el caso â??Greppiâ??.
En dicho precedente, de mayo último, la Justicia declaró nulo un despido y ordenó la reincorporación de una trabajadora, basándose en â??discriminación laboralâ??.
Según los laboralistas, una norma de este calibre es inconstitucional pues limita las facultades legÃtimas de los empleadores de efectuar despidos e impide el ejercicio de â??industria lÃcitaâ??.
Más aún, esta situación parece tomar mayor vuelo al sumar otro lÃmite legal a las facultades de reubicar o despedir a trabajadores que hayan denunciado ser vÃctima de violencia laboral o inclusive haya sido testigo, denunciado o de cualquier forma haya participado en una investigación relacionada con aquel tipo de hecho.
Violencia
Otra fuente de preocupación proviene de la vaguedad en la enunciación de actos que pueden considerarse violencia laboral.
AsÃ, la iniciativa define a aquella violencia como las acciones u omisiones de quienes, en ocasión del ámbito o relación laboral, atenten contra la dignidad, integridad fÃsica, psicológica y/o social del trabajador, mediante acoso sexual, abusos, ataques, amenazas, intimidación, amedrentamiento, inequidad salarial, trato discriminatorio, maltrato fÃsico, psicológico y/o social.
Para los laboralistas, la imprecisión de esta definición alentará la inclusión de reclamos por esa vÃa que se convertirán en fuente segura de aventura judicial.
Por ejemplo, la propuesta establece como violencia laboral a las siguientes conductas:
– Maltrato psÃquico: hostilidad continua en forma de insulto, hostigamiento psicológico, uso deliberado de poder, abuso verbal, intimidación, desprecio o crÃtica sobre trabajadores.
– Maltrato fÃsico: es toda conducta que en forma directa o indirecta está dirigida a ocasionar un daño o sufrimiento fÃsico a empleados.
– Inequidad salarial: es el hecho de instaurar la disparidad salarial entre trabajadores que ejercen en el mismo establecimiento funciones equivalentes, considerando la calificación, el esfuerzo y la responsabilidad para ejercer el trabajo y las condiciones en las cuales se realiza dicha tarea.
– Trato discriminatorio: es todo comportamiento en el ámbito laboral, tales como palabras, acto, gestos, omisiones y escritos que, de manera directa o indirecta, atenten contra la dignidad, igualdad o la integridad psÃquica o fÃsica del trabajador, o puedan poner en peligro su empleo o degradar el clima de trabajo.
– Acoso sexual: cuando una persona realiza un requerimiento sexual, en forma verbal, escrita, simbólica o fÃsica, no deseado por quien la recibe, con la amenaza de causar en la vÃctima un perjuicio en las expectativas que pueda tener en el ámbito de la relación laboral.
Responsabilidad
En cuanto a la extensión de la responsabilidad a los empleadores por actos de violencia de subordinados, el proyecto dispone que la â??solidaridadâ?? operará siempre y cuando el empresa no acredite haber tomado alguna acción â??apropiadaâ?? para corregir aquella situación.
La misma situación se dará para aquellos casos en que los hechos violentos provengan de terceros hacia trabajadores en ejercicio de sus funciones.
Es decir, si los empleadores no pueden demostrar que realizaron acciones para impedir el ejercicio de estos hechos o si ocurrieron haber iniciado acciones inmediatas para corregirlos, deberán junto al acosador resarcir los daños sufridos.
Asimismo, la iniciativa exige al violento y, en su caso, al empleador a reparar los daños sufridos por el trabajador vÃctima del acoso.
Propuestas
Más allá de la iniciativa ingresada el último mes, en el Senado existen al menos otras tres que tienen similares caracterÃstas.
Se trata de proyectos presentados por los legisladores Ada Maza (PJ, Jujuy), en marzo del 2005; por Gerardo Morales (UCR, Jujuy), en abril del 2005, y por Haide Giri (PJ, Córdoba), en mayo último.
A diferencia de la iniciativa impulsada por Carrió y RodrÃguez, las tres aplican una multa por aquellos hechos, y coinciden en la posibilidad de responsabilizar solidariamente al empleador.
Congreso: cada vez más propuestas
Congreso: cada vez más proyectos anteriorsiguiente A pesar de que el mobbing se instaló en el Congreso con diversos proyectos, en Diputados, las iniciativas vinculadas con el mobbing vienen corriendo una suerte diversa.
En el 2002 entró en la Comisión de Legislación Laboral un proyecto de ley del PJ que proponÃa un régimen de regulación para el mobbing pero no fue tratado.
En el 2003 la diputada Marta Osorio (Frente para la Victoria) impulsó un proyecto de declaración pidiendo al Ejecutivo información sobre el impacto del mobbing, consiguió dictamen y la iniciativa llegó al Gobierno, y éste envió los respectivos documentos, que ahora están archivados.
En el 2004, llegó a la comisión una resolución de la diputada MarÃa del Carmen Alarcón (FTV) solicitando al Ejecutivo asistencia oficial para vÃctimas del mobbing, pero por cuestiones polÃticas no logró dictamen. Finalmente, el ingreso más reciente â??del mes pasadoâ?? es el del proyecto de Elisa Carrió y Marcela RodrÃguez, que empezarán a estudiar los asesores.
En el Senado en tanto, a la Comisión de Trabajo -cabecera en el tema- llegaron desde el 2003 más de 30 iniciativas, que no obstante no lograron mayor trascendecia.
Pero el año pasado la UPCN presentó mil firmas pidiendo una regulación para la violencia laboral por lo que, en respuesta a esa demanda, la flamante comisión fijó como prioridad el tema que ya se está considerando. Se tomaron como base dos proyectos, uno de Gerardo Morales (UCR) y otro de Haide Giri. Y se sumaron otros seis que abordan algún aspecto puntual como mobbing, acoso sexual, o psicológico.
Ver más: «El mobbing, aún sin definición concreta por la Justicia laboral»
Informe: Agencia FOIA
Pablo Méndez
pmendez@infobae.com
MarÃa BourdÃn
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