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En Santa Fe, los accidentes rurales lideran las estadísticas

“Quien va a ganarse la vida en un trabajo no tiene que perderla por falta de prevención”, sostuvo Carlos Vaca. La prevención como clave de la seguridad.


“Tienen que estar capacitados para la tarea» dijo el Director de Seguridad en el Trabajo de Santa Fe»

En la Sociedad Rural de Venado Tuerto se realiza Admite Gestión, el entrenamiento sobre gestión de la empresa agropecuaria destinado a contratistas y propietarios de maquinaria. En la primera jornada, el Director de Seguridad en el Trabajo de la provincia de Santa Fe, Carlos Vaca, puso sobre el tapete la importancia de la seguridad laboral en el medio rural, que en su provincia posee las estadísticas más altas de accidentes.

En ese sentido, el eje de su charla versó en torno a que el propietario de la maquinaria esté firme para que se implementen las condiciones de seguridad pertinentes a la actividad que se van a llevar a cabo. “Cuando hablamos del crecimiento del sector agropecuario, tenemos que empezar a pensar también en términos de prevención y seguridad. Hay que prevenir los riesgos de las labores que vamos a realizar, teniendo en cuenta a las personas, los equipos, los lotes y productos a utilizar”, indicó.


En consecuencia, propuso realizar exámenes médicos preocupacionales y periódicos, en función del trabajo que se vaya a realizar. Estos exámenes no sólo permiten prever posibles complicaciones laborales, si son homologados le ofrecen al empleador una salvaguarda ante enfermedades que no hubieran comenzado en su labor. “Además, tienen que estar capacitados para la tarea. Hoy ya no alcanza con el aprendizaje que surge de ver a un compañero. Se necesitan otros conocimientos, porque los requerimientos son crecientes, y a veces son los contratistas los que tienen que empujar un desarrollo. No puede ser que alguien que trabajó 45 años con un empleador siga siendo analfabeto”, sostuvo.

Además de describir los elementos de protección colectiva y personales que pertenecen a la legislación laboral, enumeró una serie de particularidades del trabajo rural que incrementan los peligros. Por ejemplo, que muchas actividades se realicen en soledad duplica el riesgo porque ante un accidente no hay nadie que pueda asistir al damnificado. “Aunque muchos piensen que con un celular el maquinista está hablando con su mujer, es importante que lo lleven, porque ante un imprevisto tienen que poder llamar por teléfono. Y tienen que estar bien descansados: 8 horas mínimo de sueño, para reaccionar a tiempo. Conocí muertes por haberse quedado dormido tras 26 horas de trabajo arriba del tractor, y cuando hablamos con el empleador nos dijo que él se las pagaba”, exclamó. Al mismo tiempo, consideró importante tener en cuenta que un trabajador enfermo, medicado, fatigado o deshidratado al mando de un equipo tiene muchas más probabilidades de accidentes, porque sus reflejos disminuyen notoriamente.

En el caso de los contratistas, los viajes son un tema relevante, porque a medida que se alejan de sus zonas de radicación se incrementan los tiempos de traslado. Es entonces cuando surgen riesgos imprevistos ante los que no se sabe cómo reaccionar, como la presencia de víboras venenosas en el campo o un operario que comienza a manejar en un terreno empinado cuando está habituado a la planicie.

Por otra parte, consideró que no se puede exigir medidas preventivas como el triple lavado si no son incluidas en el tiempo laboral del trabajador, “y menos aún en las labores a destajo, o las tercerizadas. Si estas medidas de seguridad no son reconocidas y pagadas, no van a ser realizadas”, observó.

Por eso, consideró que antes que nada el objetivo tiene que ser cuidar los recursos humanos, “aquellos colaboradores que ante un accidente decimos ‘lo queríamos tanto, era como de la familia’”, ironizó. “Siempre es interesante pensar que quien va a ganarse la vida en un lugar no tiene que perderla por falta de prevención”, concluyó.

Fuente: www.on24.com.ar

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