Los allanamientos se realizaron en 80 bis y 140 y en 70 entre 141 y 142. Hubo tres demorados
Once máquinas de coser, cientos de prendas de vestir, cortes, telas de distintos tipos y elementos de costura, son algunos de los elementos secuestrados ayer a la mañana durante operativo contra el trabajo esclavo en la Ciudad, en el que además se demoró a tres personas.
Fue durante allanamientos implementados en dos inmuebles de Los Hornos, donde funcionaban talleres clandestinos que fueron clausurados.
Los procedimientos se realizaron poco antes del mediodía y estuvieron encabezados por el fiscal del crimen Fernando Cartasegna, acompañado por efectivos de la comisaría tercera, a las órdenes del comisario Fabio Liquitay.
EN DOS INMUEBLES
Los allanamientos se desplegaron en un domicilio de 80 bis entre 140 y 141 y otro en 70 entre 141 y 142, aunque la mayoría de elementos de interés para la causa fueron incautados en ese último inmueble.
“Habían trasladado casi todo de un taller al otro”, especificó una fuente de la investigación.
En 70 entre 141 y 142 el procedimiento se desplegó en una vivienda que tiene un galpón detrás y funcionaba como taller clandestino.
A esa hora, encontraron a tres personas trabajando, pero los investigadores creen que serían muchos más, ya que se incautaron once máquinas de coser.
“Todos los elementos de trabajo estaban en una habitación”, señalaron fuentes policiales.
En el taller se confeccionaban prendas para distintas marcas de ropas que se venden en nuestra Ciudad. “Esas empresas no tienen una sede, cuentan con negocios de expendio pero se manejan con talleres clandestinos”, explicó una alta fuente judicial.
La Policía demoró a tres hombres que se dedicaban a confeccionar prendas de vestir para conocidas marcas, según un parte oficial.
Los investigadores señalaron que la explotación era tal, que a los dueños se les pagaba 5 pesos por cada prenda confeccionada “y luego en el mercado se vendían desde los 300 pesos”. A los empleados se les pagaban sueldos fijos de unos 1.500 pesos mensuales y prácticamente se encontraban en situación de reducción a la servidumbre.
EN NEGRO
El centro textil ilegal no presentaba “las condiciones necesarias de higiene” ni la habilitación” para funcionar. Todos los empleados trabajaban en negro, sin aportes jubilatorios ni carga social y vivían en ese lugar en pésimas condiciones.
Por lo tanto, el lugar, que fue inspeccionado también por agentes del ministerio de Trabajo y del municipio local, fue clausurado por sus numerosas irregularidades.
“No habían realizado ningún trámite. El dueño decía que estaban iniciando las gestiones”, señaló una fuente de la causa, pero los investigadores comprobaron que hacía al menos tres años que funcionaba en esas condiciones.
Asimismo, se secuestraron elementos de costura y prendas de vestir ya listas para entregar.
Los hombres demorados, de entre 25 y 29 años, fueron trasladados a la sede de la comisaría tercera, para completar las actuaciones policiales y luego recuperaron la libertad.
Fuentes judiciales señalaron que ahora la investigación podría seguir hasta determinar la responsabilidad de las marcas para las que se confeccionaban las prendas.
“Una modalidad que se utiliza últimamente para evitar que se persiga a los proveedores es la de anotarlos como si fueran empleados esas empresas, pero en realidad son los dueños de los talleres clandestinos”, sostuvo una calificada fuente judicial.
El caso quedó caratulado como “trata de personas”, con intervención de la UFI Nº 4 del Dr. Fernando Cartasegna y el juzgado de Garantías de la Dra. Marcela Garmendia.
5 pesos
Es lo que le pagaban a los dueños del taller por cada una de las prendas que allí se confeccionaban. Según determinaron los investigadores, esas mismas prendas (por ejemplo para una con un coste de tela de 80 pesos) eran vendidas luego en el mercado local a precios desde los 300 pesos
Fuente: www.eldia.com.ar