El caos producido por la nube tóxica que afectó a los porteños desnudó la ausencia de respuestas y consignas ante estos casos, indicó la Funam. La nube tóxica afectó a cientos de personas expuestas en los barrios de Constitución, Balvanera, Retiro, Congreso, San Telmo, Puerto Madero, Recoleta y el centro porteño.
«Buenos Aires no está preparada para protegerse de accidentes químicos y mucho menos de índole nuclear», indicó la Fundación para la defensa del Ambiente (Funam), tras «analizar lo sucedido públicamente después que un contenedor marítimo ubicado en la Terminal 4 del puerto de la ciudad de Buenos Aires desprendiera residuos del insecticida thiodicarb, y generara la densa nube tóxica».
La nube tóxica afectó a cientos de personas expuestas en los barrios de Constitución, Balvanera, Retiro, Congreso, San Telmo, Puerto Madero, Recoleta y el centro porteño. Se registraron muchos casos de víctimas de trastornos respiratorios además de ardor en garganta y oídos. «Fue evidente la inexistencia de preparación pública y la ausencia de consignas claras para actuar en este caso», indicó la organización con status consultivo en ONU.
La respuestas del gobierno porteño y de la Nación, ante la nube tóxica que contenía residuos del insecticida thiodicarb, fueron calificadas de «patéticas» por el biólogo Raúl Montenegro, presidente de Funam y premio Nobel Alternativo 2004. También señaló que «la Prefectura trabajó bien, pero no las autoridades de Defensa Civil, Ambiente y Salud».
Señaló que «los distintos medios de comunicación social debieron acudir a expertos para asesorar mejor a las personas. El Estado no distribuyó con la suficiente premura medidas para protegerse».
Esa respuesta, «delata indirectamente la capacidad del Estado si se produjese en Buenos Aires, una de las ciudades más grandes del mundo, el peor accidente posible en la central nuclear de Atucha I, esto es un accidente nivel 7 en la escala Ines». La nube tóxica «mostró que la población no está preparada, pese a la existencia de consignas generales aplicables a la mayoría de los accidentes químicos, y que el Estado no ha sabido comunicarse con la sociedad aunque se tratara «en este caso- de la nube generada por apenas un contenedor marítimo».
Dijo que el thiodicarb «es tóxico, no olvidemos que se usa para combatir insectos, y es clasificado por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos como cancerígeno reconocido en animales de laboratorio. Se lo incluye en el grupo 2B de agentes cancerígenos».
Prevención.El Funam pidió al gobierno nacional, de la provincia y de la ciudad de Buenos Aires que «revisen sus planes de prevención, y que prepare a la población para accidentes químicos, pero también para accidentes nucleares». El plan ciudadano puede consultarse en el sitio www.funam.org.ar.