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Un accidente laboral muy caro por fallas en el sistema de salud

Un empleado municipal sufrió la amputación parcial de una de sus manos tras sufrir un accidente cuando trabajaba, el jueves pasado. Pero la demora en su traslado a Santa Fe redujo las chances de éxito de la cirugía para reimplantar el miembro, el cual finalmente perdió.

FOTO J. BARRERA CORRALON. Fue el escenario donde se registró el accidente laboral de Rogelio.

Un trabajador municipal de 54 años sufrió el jueves pasado un grave accidente laboral mientras cumplía tareas en las instalaciones del Corralón, que finalmente le costó la amputación de su mano derecha, según confiaron a este Diario sus familiares.

El hecho se registró el jueves alrededor de las 12:30 cuando el operario de nombre Rogelio -su familia pidió reserva de su apellido- limpiaba uno de los camiones destinados a la recolección domiciliaria de residuos. Una aparente falla del sistema hizo que se activara el sistema hidráulico que permite recolectar y compactar la basura y le apretara la mano derecha, que después del golpe quedó adherida a la muñeca apenas por una parte de la piel, por lo que se considera una amputación parcial desde el punto de vista médico.

Tras la inmediata asistencia, el empleado municipal fue trasladado a una clínica ubicada frente a la Plaza, donde si bien hicieron las primeras curaciones y buscaron detener la hemorragia advirtieron que no estaban en condiciones de efectuar una intervención quirúrgica para reimplantar la mano cercenada, por lo que era necesario derivar al paciente a un centro de salud de mayor complejidad de la ciudad de Santa Fe. En este sentido, el médico que atendió en el centro de salud privado indicó que la cirugía debía realizarse no más allá de las seis horas de producido el accidente para aumentar las posibilidades de éxito de la reimplantación.

Sin embargo, el tiempo se consumía sin que llegara una ambulancia con un médico que se encargara de asistir a Rogelio, quien se encontraba muy dolorido, durante el viaje a Santa Fe. En tanto, el delegado de la aseguradora de riesgo de trabajo (ART) afirmaba que contaba con una ambulancia pero al mismo tiempo no podía conseguir un médico que acompañe al herido durante el traslado al Sanatorio Garay de la capital provincial.

Familiares de Rogelio señalaron a este Diario que «el representante de la ART decía que la ambulancia estaba disponible para viajar pero no lograban conseguir médico que brinde la asistencia necesaria, nosotros sugerimos llevarlo en nuestro auto pero el médico nos dijo que era un riesgo enorme por el dolor que sentía y por una posible hemorragia».

Así, mientras las horas pasaron la ambulancia llegó recién a las 18:30 «procedente de San Guillermo» según le explicaron a los familiares del trabajador, en tanto que arribó a Santa Fe cerca de las 21, más de ocho horas después de sucedido el accidente laboral.

De todos modos, los cirujanos del Sanatorio Garay practicaron la compleja operación ese jueves por la noche a pesar de que las posibilidades de lograr un resultado satisfactorio se habían reducido sustancialmente a raíz de la demora en el traslado del paciente desde Rafaela. En el quirófano debían, ante esta amputación parcial o incompleta, ejecutar un proceso llamado revascularización para volver a pegar la mano, en el que es necesario volver a unir los vasos sanguíneos para permitir que la extremidad parcialmente amputada viva.

Sin embargo, después de los estudios efectuados el viernes, los profesionales comunicaron a la familia de Rogelio que la cirugía no logró el objetivo y por tanto no había otra alternativa que amputar la mano. Ahí mismo programaron la nueva intervención para el sábado a las 10, que se hizo tal como estaba previsto, donde «cortaron diez centímetros más arriba de la muñeca», indicó la hermana de Rogelio.

Actualmente el trabajador se encuentra internado en el Sanatorio Garay recuperándose satisfactoriamente, aunque está muy afectado desde el punto de vista de su estado de ánimo, por lo que recibe asistencia psicológica. «Está deprimido, la verdad todos estamos muy mal, no podemos entender lo que pasó. Creemos que la clínica de Rafaela donde hicieron los primeros auxilios pudo haber hecho más, que el profesional que lo atendió ante la gravedad del caso pudo acompañarlo en la ambulancia», se lamentó la hermana de Rogelio.

Y además se descargó con preguntas incómodas. «¿Cómo puede ser que cuando una persona se accidenta y está en estado delicado sea derivada sin contratiempos en una ambulancia del hospital a Santa Fe? ¿Cómo es posible que cuando una persona es baleada en los tiroteos que hay en la ciudad y se encuentra en grave estado sea, sin pérdida de tiempo alguna, trasladada a Santa Fe? ¿Y cómo es posible que un trabajador que se accidenta en su lugar de tareas deba esperar seis horas en una clínica hasta que aparezca la ambulancia?» disparó. «La respuesta del sistema de salud fue muy mala en este caso. Me parece que esto debe cambiar, no queremos que esta historia se repita. Todos los responsables de la salud deben asumir su responsabilidad. En algo nos estamos equivocando, no puede ser que esto suceda. Ahora mi hermano está internado, los médicos tienen que controlar que no vuelva la infección y debe recibir asistencia psicológica. Estamos destruidos», concluyó.

Fuente: http://diariolaopinion.com.ar

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