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Timbúes: un muerto y cuatro heridos en un incendio en la aceitera Noble

Timbúes.— Un joven de 22 años fallecido y cuatro compañeros heridos, fue el saldo de otro accidente laboral en una empresa del cordón industrial, que desató un repudio generalizado de organizaciones sindicales y un paro de mediodía que luego concluyó con la convocatoria a una concentración en San Lorenzo para el lunes.


El accidente ocurrido ayer en el complejo portuario de la empresa Noble reavivó las discusiones sobre seguridad laboral. Un tema que los sindicatos reclaman abordar desde hace tiempo. (Foto: G. de los Ríos)

Oscar González falleció al precipitarse sobre él una montaña de virutas de madera, que le cayeron encima a él y a otros cuatro compañeros cuando intentaban apagar el fuego que se había desatado en ese sector.

Si bien el cuerpo de González fue trasladado al Instituto Médico Legal de Rosario para su correspondiente autopsia, se estima que la asfixia habría sido la causa de la muerte. Otros dos compañeros fueron internados en el IMR de San Lorenzo, todos con traumatismos varios y principios de asfixia. Los restantes se derivaron al sanatorio Mapaci de Rosario con múltiples fracturas y todos se encuentran fuera de peligro.

La desgracia se desató en el puerto que la empresa Noble posee en la localidad de Timbúes, allí comenzó a producirse un incendio en un chip de maderas, una montaña de virutas que se utilizan para encender las calderas. Desde la noche del jueves se detectó humo en el sector de almacenaje, que se encuentra a cielo abierto y muy cerca de la caldera. A pesar de los esfuerzo no pudieron apagarlo con personal de la empresa.

Según fuentes del sindicato aceitero la montaña tiene más de diez metros de alto, por un diámetro que ronda los treinta y mientras de un lado se encontraban los obreros tratando de apagarlo con mangueras, del otro trabajaba una pala cuando se produjo el desmoronamiento sobre los trabajadores.


Poco después de la medianoche desde la empresa se dio aviso a los Bomberos de Prefectura San Lorenzo, quienes al llegar al lugar procedieron a rescatar el cuerpo y los heridos y a sofocar el incendio.

Sin embargo para González ya era tarde ya que cuando lograron sacar el cuerpo de entre las astillas de madera, se comprobó que había fallecido.

La causa recayó en el juzgado de Instrucción Nº 12 de San Lorenzo, a cargo de Eduardo Fillocco, y fue caratulada como “Averiguación de incendio en Noble Argentina SA, y deceso de Oscar González”.

Los heridos. El resto de los heridos son Raúl Fasano de 47 años con domicilio en Timbúes; Daniel Basualdo de 31, de Puerto San Martín; Gustavo Vega de 38, también de Puerto San Martín y Pablo Bermúdez de 32 con domicilio en Granadero Baigorria.

Fasano y Basualdo fueron derivados al Instituto Médico Regional de San Lorenzo, mientras que Vega y Bermúdez quedaron internados en el sanatorio Mapaci de Rosario.

Vieja costumbre. Este accidente volvió a poner en el centro de la escena dos temas que desde hace tiempo las organizaciones gremiales viene cuestionando, por un lado las condiciones laborales en la que se desempeñan los obreros y por otro la famosa tercerización de los servicios.

En este caso tanto el joven fallecido como Fasano y Basualdo pertenecen a la empresa de montajes Tecnología Industrial, con domicilio legal en Puerto San Martín, cuyo propietario, Gustavo Ferrari, vive en la localidad de Aldao. Por su parte Vega trabaja en montajes para la empresa Selec de Buenos Aires y solamente Bermúdez es empleado directo de Noble Argentina SA.

Los tres primeros son afiliados a la Unión Obrera de la Construcción mientras que el otro se encuentra inscripto en el Sindicato Aceiteros de Puerto San Martín.

Omar Pereyra, secretario de la Uocra sostuvo: “Ninguno de estos muchachos es brigadista y no tenían que estar apagando el incendio, no puede ser que se siga haciendo esto con la gente, los compañeros siempre nos dicen que si no van los despiden, pero ellos no estaban capacitados para hacer ese trabajo”.

Por otra parte el gremialista se mostró molesto con los empresarios. “No logré que atiendan el teléfono y me den una explicación, fui hasta la puertas de la planta y tampoco nos atendieron.

“La semana pasada − prosiguió −, cuando salió en La Capital que la CGT pedía un salario mínimo de cinco mil pesos, los teléfonos invitándonos a dialogar no paraban de sonar y ahora que tiene que poner la cara se esconden”.

Por su parte Pablo Reguera, de aceiteros, remarcó que “venimos reclamando desde siempre la creación de los comités de crisis pero no nos escuchan y después, por no ocuparse con la seriedad necesaria de estas cuestiones, pasan estas cosas”.

Por Marcelo Abram / La Capital

Fuente: www.lacapital.com.ar

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