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Otra muerte evitable

El albañil, de 41 años, había caído el lunes y agonizó cinco días. Tenía cuatro hijos. La obra de la que cayó, de Alvear 1154, fue clausurada dos veces por falencias en la seguridad.


En Alvear 1154 levantan el jardín de infantes Dante Alighieri.

Fueron cinco días de agonía. Miguel Sequeira, el obrero de la construcción que cayó el lunes pasado del primer piso de una obra en construcción en Alvear 1154 falleció el sábado por la noche, en el sanatorio Laprida. El hombre, de 41 años y con cuatro hijos, trabajaba en la construcción del jardín de infantes Asociación Cultural Dante Alighieri, en una obra que fue clausurada dos veces por el Ministerio de Trabajo de la provincia a raíz de falencias de seguridad. No es sólo un número, sino una persona. Otra más. El sexto albañil que muere este año en un accidente de trabajo.

«Es una tragedia brutal, esto es homicidio. Con dolo y abandono de persona por parte de los empresarios. No existen palabras en el diccionario para nombrar esta tragedia que estamos viviendo», dijo indignado Narciso Cantero, de la Agrupación Manos a la Obra, quien conocía a Sequeira porque había trabajado en una empresa constructora con él.

Por su parte, el secretario general de la seccional Rosario de la UOCRA, Julio Palma, cargó contra los subcontratistas y confió en los efectos de los Comités Mixtos de Higiene y Seguridad, sancionados el jueves pasado en la Legislatura provincial. También indicó que la semana pasada realizaron una presentación judicial en los Tribunales para pedir prisión efectiva a quienes sean encontrados responsables de los accidentes laborales fatales. «Deben ir a la cárcel, como cualquier delincuente», indicó.

Sequeira cayó de unos cuatro metros de altura el lunes pasado, al mediodía, y sufrió un fuerte politraumatismo de cráneo. Como no contaba con los mínimos elementos de protección, cayó sobre unos tacos de madera que le ocasionaron los golpes y escoriaciones. Tampoco estaba en regla la bandeja de protección obligatoria en las obras, que hubiera actuado como una contención.

«Nunca se vieron tantos accidentes de trabajo como ahora, pero tampoco existía este auge de la construcción. En este momento hay 2.500 obras en construcción, y la Municipalidad entrega los permisos de edificación sin mirar demasiado. Muchos constructores sólo tienen en cuenta la rentabilidad. Entonces, el comitente de la obra contrata a una empresa, que subcontrata a otra, y ésta a un tercero. Así, el último ofreció la mano de obra es muy barata, y no le alcanza para cumplir con los requisitos, no sólo de seguridad, sino también con los aportes», describió la cadena de informalidad que provoca los accidentes.

Palma se quejó también de la complicidad del Estado, al pedir que «las multas duelan, porque no puede ser que se arreglen con monedas, en un bar». El dirigente se refirió así al pago de coimas para la desaparición de expedientes que dejó al desnudo la detención del abogado Daniel Gazzera, del ministerio de Trabajo. «Estamos trabajando para combatir todo eso, con el ministerio y las cámaras empresarias de la construcción», prometió.

Fuente: www.pagina12.com.ar

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