Safety Blog®

El Camino de la Higiene y Seguridad en el Trabajo. Quinta Parte. Seguridad vs. Inseguridad

Quizás una de las cuestiones más humanas cuando hablamos de seguridad, es sobre nuestro constante comportamiento inseguro, preguntémonos si no, porque hacemos diariamente cosas que sabemos de ante mano que están mal y que nos pueden dañar: cruzamos la calle por la mitad de la vereda, manejamos sin cinturón de seguridad, conducimos ebrios, trabajamos a grandes alturas sin atarnos, “jugamos” con la electricidad, manipulamos productos químicos sin protección, soldamos sobre materiales combustibles, trabajamos sobre una escalera toda destartalada, sobre andamios a punto de desarmarse, desafiamos a todo aquello que nos puede dañar.

¿Porque nos comportamos así?

Sin entrar en cuestiones filosóficas y antropológicas, podemos entender nuestro comportamiento siguiendo el análisis del ejemplo:

Pensemos en algo que todos solemos hacer mal, al menos alguna vez en vida todos lo han hecho, y otros lo hacemos más a diario, se trata de cruzar la calle.

¿Cómo lo hacemos?

– Mal. Cruzamos la calle por la mitad de la vereda, no por la esquina.

Preguntémonos ahora:

¿Cuántos accidentes ocurren por cruzar mal la calle?

– Pocos, muy pocos o mejor dicho casi ninguno.

Nuestra primera conclusión lógica es:

La inseguridad, el comportamiento inseguro, las conductas inseguras, las condiciones inseguras, los sistemas inseguros no producen accidentes. El sistema de inseguridad funciona generalmente una y otra vez, puede que centenares de miles de veces sin producir accidentes. Concluimos entonces que trabajar en forma insegura no produce accidentes, salvo raras excepciones.

Es muy común en los ambientes de trabajo cuando corregimos a un trabajador que esta haciendo algo mal escucharle decir: “siempre lo hice así y nunca me paso nada”.

Preguntémonos ahora:

¿Que podemos hacer para mejorar las condiciones de seguridad al cruzar las calles? supongamos entonces las medidas más extravagantes que nuestra mente pueda pergeñar de manera tal que los peatones crucen sí o sí por la esquina.

Ahora bien, quién garantiza que no venga un loco que no respeta la señal de pare, quien garantiza que no venga un vehículo que se quedó sin frenos, quien garantiza que el chofer esté sufriendo un infarto y por consiguiente cruce la esquina cuando debería haber frenado.

Nuestra segunda conclusión lógica es:

El mejor sistema de seguridad que podamos implementar no logrará garantiza la ausencia de accidentes, aunque se hipotetize que la frecuencia de estos y su magnitud pueda ser reducida.

La seguridad no garantiza la ausencia del evento accidente.

Hasta acá nada nuevo, nada que no se intuya naturalmente, pero el problema radica en una ecuación económica.

La ecuación económica de la inseguridad está planteada de la siguiente manera:

El sistema de inseguridad es generalmente tan o más eficaz que el sistema seguro, y, además, más eficiente y económico en términos de tiempo, de esfuerzo y de rentabilidad que el sistema de seguridad que debería sustituirle.

El trabajar en forma segura tiene un costo real en el presente y sólo produce un beneficio a mediano y largo plazo, pero este beneficio no es real, es sólo una hipótesis, nadie puede garantizar que este beneficio se vaya a producir porque no podemos garantizar que no vaya a ocurrir un accidente; por el contrario, trabajar en forma insegura sale más “barato” y produce una mayor rentabilidad real hoy.

Lamentablemente los sistemas inseguros terminan logrando los mismos objetivos productivos que el sistema de seguridad que lo debería suplantar, al menos en el corto plazo.

Para desgracia de los que nos dedicamos a la salud y seguridad en el trabajo, debemos aceptar que el trabajar en forma insegura, en la mayoría de los casos, es una elección consciente y una decisión económicamente racional, aunque resulte ética y moralmente inaceptable.

Hay otros factores que afectan a la decisión de la adopción de los sistemas inseguros y tienen que ver con cuestiones de índole psicológico, sociológico y organizacional.

Autor
Néstor Adolfo Botta
Rosario. Santa Fe. Argentina
23/07/2013

Salir de la versión móvil