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Bajo Flores: ordenan frenar una megaobra por el peligro para la población y el medio ambiente

Es en el barrio Illia, donde viven más de 7.200 personas. Los techos de unas 600 casas tienen amianto, una sustancia que, entre otras cosas, puede generar cáncer. La Justicia porteña quiere que se hagan más estudios antes de continuar con los trabajos. El martes próximo, el Gobierno de la Ciudad y la empresa constructora deberán dar sus explicaciones.


CAMBIO. Los trabajadores retiran las chapas con amianto.

Por prevención, un juez porteño ordenó ayer la suspensión de una megaobra en el barrio Presidente Illia, donde actualmente viven más de 7.200 personas, por el daño que podría estar causando sobre la salud de su habitantes y el medio ambiente. En ese lugar, y por orden del Instituto de la Vivienda (IVC), una empresa comenzó en mayo a remover los techos de 600 casas. Todos están hechos con chapas que tienen amianto . Ese material es altamente cancerígeno y se mantiene en el aire durante largos periodos de tiempo. El magistrado hizo lugar a una presentación de una asociación que se encarga de estudiar sus efectos nocivos .

«Para proceder a la remoción del asbesto (o amianto) instalado deben respetarse ciertas normas de seguridad . Ello es así por cuanto no existen dudas acerca del efecto nocivo que para la salud acarrea la exposición» a dicha sustancia, incluso para los mismos operarios, sostuvo el juez Guillermo Treacy en la resolución a la que tuvo acceso Clarín.com . El amparo fue iniciado por la Asociación Argentina de Expuestos al Amianto (ASAREA), una entidad sin fines de lucro fundada en 2005. » Acá se acercan muchas personas que han estado expuestas o tienen dudas acerca de los efectos que puede producir el amianto en su salud y les brindamos asesoramiento médico, técnico y legal», explicó su presidente, Mariano Acevedo.

Además de frenar las obras, el magistrado citó al IVC, a la empresa que ganó la licitación para llevar a cabo los trabajos (Rentsur SA), al Gobierno de la Ciudad y a los representantes de los vecinos a una audiencia para el próximo martes. Sin embargo, todavía no emitió opinión sobre el estudio de impacto ambiental solicitado . Tampoco dijo que si va a pedir un estudio médico (radiografía de tórax) para todos los habitantes del barrio, ubicado muy cerca de la villa 1-11-14. «Resulta necesario contar con información adicional», argumentó. Igualmente, la noticia cayó muy bien entre los vecinos. «Me acabo de enterar, ahora se lo voy a comunicar al resto», dijo, emocionada, Marcela Díaz, una de las impulsoras de la causa judicial.

El amianto es un mineral conocido por sus cualidades para aislar el calor o el ruido, y por ello se utilizaba a menudo en la construcción. De por sí no tiene riesgos, salvo que haya una exposición muy frecuente. El problema surge cuando se liberan las fibras del amianto , que son invisibles, porque se pegan en los pulmones y pueden hacer estragos sobre el sistema respiratorio, aunque las enfermedades pueden tardar varios años en manifestarse. Son varios los organismos que se han expresado sobre este tema. Entre ellos figura la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC).

A nivel local, el ministerio de Salud de la Nación también dio su veredicto. Ese informe figura en la causa que tramita en el juzgado de Treacy. Un especialista que integra la Sociedad Argentina de Patología Respiratoria, dijo que «está demostrada la asociación entre la exposición al asbesto (o amianto) y el cáncer broncopulmonar o los mesoteliomas malignos (cáncer de pleura)».

Esa sustancia tan peligrosa está en las chapas de fibrocemento que cubren unas 600 casas del barrio Illia (no son todas, algunas tienen techos de tejas). Según los expertos, «si las chapas están intactas la liberación de las fibras es mínima». Sin embargo, la sola exposición al sol o a la lluvia aumenta los riesgos . Y más aún si se las moviliza o se las perfora, como se está haciendo actualmente. «La remoción o desmantelamiento debe hacerse en condiciones de extrema seguridad», concluyen. No obstante, los abogados denunciaron que «la obra se llevaba a cabo sin ninguna clase de precaución ni sujeción a normativa alguna».

Los habitantes del complejo habitacional, en tanto, están preocupados especialmente por los chicos . «Acá hay un escuela primaria y varios comedores comunitarios. No podemos seguir así. Tenemos los pedazos de chapa por todos lados», se quejó Marcela Díaz, quien vive allí con su familia desde 1987, cuando el Gobierno de la Ciudad inauguró las primeras casas. Ayer al mediodía, cuando Clarín.com habló con ella los trabajos no se habían detenido. A última hora, en el IVC dijeron que todavía no estaban notificados del fallo, pero cuestionaron por anticipado la decisión del juez.

Nicolás Pizzi, de la redacción de Clarín.com
npizzi@claringlobal.com.ar

Fuente: www.clarin.com

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