LA EXPLOSIÓN SE ESCUCHO EN TODA LA CIUDAD Y PRODUJO UN GIGANTESCO HONGO DE HUMO
Y TIERRA Alarma en Córdoba al estallar un depósito de dinamita: un muerto. Era
un empleado que descargaba cajas con gelamón vencido de un camión. Explotaron
entre 60 y 70 kilos y dejaron un cráter de 9 metros. Ocurrió a 20 km del centro
de la ciudad, a un costado de la ruta 9.
El hongo de humo y tierra, color amarillo azufre, se levantó hasta unos 250
metros de altura. Eran las 9.33. Empujado por el viento, se fue corriendo hacia
el noreste, según relataron los habitantes de la Villa Los 40 Guasos, un barrio
pobre de la zona, a 20 km de la capital provincial. La explosión tuvo lugar en
un campo de la empresa Fermanelli, que se dedica a la venta de explosivos de uso
civil para minas y canteras.
El accidente se produjo cuando un operario —Claudio Ruggeri, de 35 años—
manipulaba entre 60 y 70 kilos de gelamón vencido, un explosivo hecho con
nitroglicerina y nitrocelulosa. Lo que hacía era descargar de un camión Ford
F4000 blanco, cajas con gelamón que luego tiraba a un pozo de dos metros y medio
de profundidad y tres de ancho, según afirmaron a Clarín fuentes de la
investigación.
El pozo había sido cavado el viernes último por un hombre que ayer se quedó
dormido y no llegó a tiempo para ayudar a Ruggeri en su tarea. Se cree que al
arrojar una de esas cajas, ya sea por el golpe o por la fricción, se produjo el
estallido.
El cuerpo del operario apareció a unos 100 metros, casi desnudo, sólo con sus
calzoncillos y el pantalón hecho jirones, pero abrochado a su cintura.
En el sitio de la explosión quedó un cráter cónico de seis metros de profundidad
y nueve de diámetro. El camión estaba destrozado, con su parabrisas empujado
hacia adelante y el techo levantado. La onda expansiva lo desplazó unos cinco
metros.
Cerca, hay dos depósitos construidos con bloques y techos de cemento, y una
precaria vivienda llena de bolsas blancas con nitrato de amonio, una sustancia
granulada de color amarillo.
En las paredes frontales de uno de los galpones, un cartel de fondo rojo y
letras blancas, dice: "Peligro explosivos". Allí, se guardaban otros 6.850 kilos
de material altamente peligroso. Sin embargo, no había "mamelones": los
terraplenes que en instalaciones de este tipo sirven para orientar la onda
expansiva hacia arriba y evitar los estallidos en cadena. "Pudo haber sido
peor", dijo un vocero policial.
La empresa Fermanelli opera con habilitación de Fabricaciones Militares (FM)
desde 1998 y, según los registros, puede trabajar hasta con 15 toneladas de
explosivos. Llamativamente, la Municipalidad de Córdoba no había permitido su
funcionamiento en 1999 y reiteró la negativa en años posteriores. La
Subdirección de Habilitación de Negocios precisó anoche que "se le obligó a
retirar los explosivos a otros establecimientos y desde 1999 se realizaron
inspecciones sin que se registrara actividad".
El caso es investigado por el juez federal Ricardo Bustos Fierro, quien ordenó
el traslado de de las sustancias que no detonaron al polvorín de San José de la
Quintana, a 70 km de la capital.
Carlos Fermanelli, el propietario, llegó al lugar por la tarde y dijo no saber
la causa de la explosión. Enseguida, se defendió: "Estamos acá desde hace 10
años y tenemos autorización de Fabricaciones Militares y del RENAR (Registro
Nacional de Armas)".
Los efectos de la onda expansiva se sintieron fuertemente en un radio de 800
metros, y algunas viviendas sufrieron roturas de vidrios. Pero el estallido se
oyó en toda la ciudad de Córdoba. Fuentes expertas en el uso y manejo de
explosivos dijeron que la causa del accidente pudo haber sido la inestabilidad
del gelamón.
Al parecer no hubo testigos directos de lo que sucedió, pero un hombre que vive
en un campo cercano le dijo a la Policía que le pareció ver fuego antes de la
explosión, un dato que por el momento no pudo ser confirmado.
Del lugar, se retiró un explosivo granulado a base de nitrato de amonio y gas
oil denominado AMFO, gelamón y mechas explosivas. Luego detonó de manera
controlada 130 kilos de gelamón que no podían trasladarse.
¿Por qué todos estos elementos no explotaron? Un ingeniero precisó que como
estaban en un pozo, la onda expansiva fue hacia arriba, hacia el este y el sur,
es decir en sentido contrario al depósito que tenía mayor cantidad de gelamón.
Fuente: Diario Clarín
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