23 de abril de 1992. Se produce una serie de
explosiones en cadena a lo largo de una red urbana de alcantarillado de unos 13
km de longitud, al parecer debido a vertidos de combustibles en los mimos por
parte de la empresa Pemex. Los datos oficiales informan de 200 muertos y 1.500
heridos, 1.200 viviendas destruidas, así como 450 inmuebles comerciales. Las
estimaciones de daños económicos están en torno a los 7.000 millones de dólares.
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