Antes de que empieces a tirarme piedras, tomate el tiempo de leer.
La seguridad es un intangible, es decir, algo que no se puede tocar o ver físicamente, pero que tiene valor o importancia, como son las ideas, el conocimientos, las emociones o los derechos. No se la puede visualizar como a un casco de seguridad.
Concluir que una situación, que un equipo o un ambiente de trabajo es seguro, es caer en falsos absolutismos, porque en definitiva siempre va a existir una mirada subjetiva, personal o institucional, al respecto.
La seguridad, o su contraparte, la inseguridad, está asociada al riesgo como probabilidad o posibilidad (que no es lo mismo, pero para el caso vale como sinónimo) de que algo con capacidad de generar daño termine o no materializandose, y este riesgo está asociado a la incertidumbre. En la probabilidad siempre existe la incertidumbre. La probabilidad siempre viene de la mano de la falta de certezas de que si va o no a ocurrir de acuerdo a lo previsto.
Algo es seguro cuando, en forma consciente o inconsciente, concluimos que no va a pasar nada fuera de lo esperado, o que el nivel de daño se ubica dentro del espectro de lo que estamos dispuestos a aceptar como pérdida.
Por consiguiente la seguridad o el nivel de seguridad está asociado a la accidentabilidad de esa organización.
El accidente como resultado o desencadenante de esa situación con capacidad de generar daño, es producto de la incertidumbre, no siempre ocurren los accidentes ante las mismas aparentes causas que generaron el accidente anterior. La falta de control sobre ese porcentaje de incertidumbre es la explicación de los accidentes, al menos en el ámbito laboral.
El accidente de trabajo asociado a la incertidumbre se transforma de esta manera en eventos totalmente aleatorios, nada puede garantizar la ausencia de accidentes y nada puede predecir con absoluta certeza que vaya a ocurrir uno; y aunque a posterior de ocurrido el accidente podamos encontrar todas las causas que lo generaron, nada garantiza que cuando esas causas nuevamente se juntan, vaya a generarse otro accidente.
Trabajar de forma insegura (la inseguridad) no garantiza que vaya a producirse un accidente, eso lo hemos aprendido a fuerza de experiencia, hasta se puede decir que es el primer axioma de la seguridad:
“Trabajar en forma insegura no genera accidentes, salvo raras excepciones”
A este axioma se le suma otro axioma:
“Trabajar en forma insegura es más rápido y menos costoso” al menos a corto plazo.
Por tanto podemos concluir que trabajar en forma insegura es rentable, en cuestión de tiempo y recursos usados, y que no se producen accidentes salvo alguna excepción, y esa posibilidad de accidente potencial queda circunscripta a la aleatoriedad, aunque las estadísticas y los estudios de análisis de riesgo ubiquen a esa situación de trabajo como de ALTO RIESGO o con alta probabilidad de ocurrencia de un accidente grave.
Es como que con la inseguridad estamos jugando a la ruleta invertida, si ganas, ganas un accidente, y la ruleta es por definición y construcción un juego aleatorio en su concepto.
Pero el sistema de seguridad que necesitas implementar para hacer el trabajo en forma segura lleva tiempo, consume recursos, necesita de compromiso de las partes, organización, planificación, etc., y con la peor noticia que vas a tener que decirles a quienes trabajan, que no está garantizada la ausencia de accidente, aunque su probabilidad sea baja.
Por tanto, nos vemos tentados a trabajar jugando, muchas veces en forma inconsciente, a la ruleta de la inseguridad.
Si a la seguridad queremos llevarla al plano de las ganancias y pérdidas para demostrar así su valor e importancia, la inseguridad le gana en ese juego, al menos en el corto plazo.
Ing. Néstor Adolfo BOTTA
Rosario
22/11/2024.-