El debate por los agroquímicos y el trabajo esclavo se coló en un Simposio de Syngenta en Córdoba

La firma es líder mundial en investigación y desarrollo de agroquímicos, invirtiendo unos 2 millones de dólares por día (un 15 por ciento de su facturación total). “Hay una tendencia que tiene que ver con intereses políticos con una visión desacertada, apocalíptica y de falta de conocimiento”, apuntó Paula Mirabella, encargada de Asuntos Regulatorios de Syngenta. Los once controles de la AFIP a la compañía.

La compañía multinacional Syngenta organiza por estos días en un lujoso hotel de la ciudad Córdoba un Simposio al que asisten una gran cantidad de productores agropecuarios, asesores, empresarios y técnicos de las principales regiones productivas del país.

El dato es que en la primera jornada del evento, al que asistió La Política Online, inesperadamente se coló un jugoso debate entre los profesionales presentes sobre el uso de los agroquímicos y el trabajo esclavo que viene denunciando la AFIP a varias empresas vinculadas al sector agropecuario.

Paula Mirabella, encargada del Área de Asuntos Regulatorios de Syngenta, señaló que “la gente que no tiene nada que ver con el campo piensa que los agroquímicos son inseguros. Por eso nuestro mensaje es la garantía de seguridad cuando el producto se usa con la dosis y las recomendaciones adecuadas”.


“Los agroquímicos son las sustancias más reguladas del mundo porque además de la salud humana se tiene que asegurar la protección del medio ambiente y de los animales y cada vez va a haber mayores regulaciones para asegurar la sanidad y calidad agroalimentaria de los países”, advirtió Mirabella.

La especialista contó que Syngenta invertirá este año entre el 15 y el 20 por ciento de su facturación total en investigación y desarrollo; al tiempo que entre las diez compañías líderes mundiales de este sector se invirtieron la campaña pasada alrededor de 5 mil millones de dólares en esta materia.

En números concretos, la firma organizadora del Simposio en Córdoba viene invirtiendo unos 2 millones de dólares por día en investigación y desarrollo de nuevos agroquímicos, alcanzando así los casi 800 millones de dólares por año.

“Hay dos tendencias: una bien intencionada que apunta a las buenas prácticas agrícolas que incluye tener conciencia de lo que se tiene que hacer; y otra tendencia más política que tiene que ver con intereses políticos con una visión desacertada, apocalíptica y de falta de conocimiento”, apuntó.

“Una cosa es el peligro y otra es el riesgo. El peligro del producto existe, pero lo importante acá es hablar del riesgo por la exposición. Es como si yo pidiera que no tengan lavandina en sus casas porque hace mal. Hace mal, si se usa mal. Es como los medicamentos. Todas estas cosas son riesgosas”, agregó.

Otro de los aspectos al que hizo referencia la técnica de Syngenta fue la injerencia de los países europeos. “Europa restringe mucho los agroquímicos sin ser un continente que exporte materia prima; pero lo cierto es que para nosotros son fundamentales para que el país crezca”, dijo.

“El ejemplo más claro es el de Suecia que no tiene producción agrícola y sin embargo es el primer país que va en contra de los agroquímicos. La realidad es que ellos no tienen campos, pero comen lo que producen los campos; entonces se habla un poco desde el desconocimiento”, concluyó Mirabella.

El trabajo esclavo

El gerente general de la División Semillas de Syngenta, Pedro Rugeroni, hizo referencia a los casos de trabajo esclavo detectados por la AFIP. “Tuvimos once inspecciones y no nos labraron ningún acta de infracción; no somos gente mala, queremos que se trabaje en condiciones dignas”, remarcó.

“No había ningún trabajo esclavo en ningún caso en Syngenta, se los puedo garantizar”, indicó Rugeroni, y añadió que “lo peor que se puede hacer es transmitir algo porque alguien lo dijo sin tener idea de lo que se está hablando”.

En referencia a los agroquímicos, el directivo de la multinacional sostuvo que “no tengo ninguna duda que existen intereses políticos y nosotros tenemos la responsabilidad de difundir más para qué sirve la protección de los cultivos”.

“Para muchos países africanos es una cuestión de comer o morir y hay que entender cuál es el beneficio que el uso adecuado de los agroquímicos genera en estas naciones que deben alimentarse para sobrevivir”, culminó Rugeroni.

Fuente: www.lapoliticaonline.com

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